BILBAO - Cerca de 300 aficionados y profesionales de la fotografía se han inscrito en la segunda edición de Bilbao Photo Experience, y la cifra se multiplica al hablar de visitantes que desde el viernes se han acercado hasta el Sercotel Gran Bilbao de Atxuri, donde Jerez Imagen y DeReflex han montado una veintena de stands para mostrar los últimos adelantos técnicos en materia fotográfica.

Así, Bilbao se convierte durante tres días en epicentro del conocimiento de la imagen, gracias a este seminario que promueve la difusión de la fotografía, un evento que apura su segunda edición sin perder de vista el objetivo primigenio que se marcó en 2015: “mostrar a través de la presencia de fotógrafos estatales e internacionales de reconocido prestigio todos los ámbitos del quehacer fotográfico, así como dar a conocer nuevos enfoques en torno a la conservación, catalogación, digitalización, investigación y difusión de la fotografía”.

Ayer tuvo lugar la segunda jornada del seminario y desfilaron por Sercotel referentes de la disciplina como Lidia Vives, Nuria Blanco, Rafael Roa o Cristina García Rodero. También estuvo Gervasio Sánchez (que dio una charla el viernes), aunque esta vez como oyente.

Una de las charlas más esperadas de ayer era la de Rafael Roa (1955, Madrid), maestro del desnudo y del retrato, además de reputado fotógrafo de moda. Roa lleva años impartiendo magisterio y mostrando sus conocimientos en la escuela de PIC.A/ PHE de Alcobendas (Madrid). Además, trabaja a nivel internacional desde 1988, apostando tanto por la fotografía como por el vídeo experimental.

Roa habló ayer del oficio, del trabajo y del esfuerzo, y se alejó de aquellos fotógrafos que tienden a apellidarse como artistas a las primeras de cambio. “El fotógrafo medita, reflexiona sobre el proyecto, trabaja sobre el mismo, edita y termina. Esa es la definición de acto fotográfico, más allá del mero acto de disparar. A mí me gustan los fotógrafos que tienen un compromiso absoluto con su obra”. Eso sí, además de tener las ideas claras, un profesional tiene que “dominar la cámara y los aspectos técnicos de la misma”. Para Roa, el resultado de un proyecto fotográfico “es una síntesis de lo que somos”.

Roa habla desde la experiencia. Él es metódico, improvisa lo justo (“siempre hay que tener un plan B”) y trata de controlar todo el proceso. Incluso hace bocetos de las fotos: “Aunque no dibujo muy bien, considero que es importante tomar notas, apuntar las ideas. Es parte fundamental de mi proceso creativo”.

El maestro también hizo una polémica distinción entre fotógrafos y captadores de imágenes: “Básicamente, un fotógrafo es aquel que ya sabe cuál va a ser el resultado de su trabajo, y un captador de imágenes, no”. Así, el madrileño apostó por reflexionar antes de cada toma y por “no llenar de gigas-basura” el mundo. Así, invitó a los principiantes a indagar sobre un punto de vista para distinguirse del resto, de “quienes facturan fotos”, que, hoy en día, es casi todo el mundo. “Todos los temas están hechos -subrayó Roa-, pero tú tienes que buscar tu punto de vista”.

El profesor terminó hablando de dos de las especialidades que mejor domina: el retrato y el desnudo. “Para hacer un buen retrato -dijo- hay que controlar la luz; la iluminación es básica y determina la estética de la imagen. Pero también se requiere intimidad; necesitas estar cerca del retratado, conseguir que baje la guardia para sacar esa fotografía que tú quieres”.

Respecto al desnudo, que Roa ha utilizado en todas sus variantes (como transgresión, sugestión, metáfora de lo que acontece en el mundo...), el fotógrafo dijo que “es un medio maravilloso para expresar muchas cosas, más allá del propio desnudo, que, de por sí, ya expresa la igualdad del ser humano. Desnudos somos todos iguales”.