POR quinta vez, la Orquesta Joven de Euskal Herria (EGO) pondrá música a una película de Charles Chaplin. La formación sinfónica, que en este proyecto estará conformada por 50 jóvenes, interpretará la banda sonora de Luces de la ciudad (1931), compuesta por el mismo Chaplin, mientras se proyecta la película en una pantalla gigante. La iniciativa que está desarrollando el grupo de jóvenes en el encuentro de este invierno es una de las apuestas más difíciles de los últimos años pero, al mismo tiempo es una de las propuestas más atractivas.
“Es un gran reto, porque trataremos de transmitir la simbiosis entre la música y el cine”, apuntó ayer Juanjo Ocón, director de la EGO, quien bromeó sobre todo el tiempo que ha pasado últimamente con Chaplin. “No le llamo porque no tiene móvil”, dijo. Además de una muestra abierta que ofrecerán el sábado en Eibar, donde están ensayando estos días, el público tendrá la oportunidad de disfrutar de este espectáculo el 3 de enero en el teatro Victoria Eugenia de Donostia, el día 4 en el Principal de Gasteiz y, por último, el día 5, en el palacio Euskalduna de Bilbao. Todas las funciones comenzarán a las 20.00 horas y las entradas ya están agotadas desde hace dos meses, salvo una pequeña cantidad que se venderá en las taquillas de los teatros.
Luces de la ciudad es una de las obras maestras de Charles Chaplin, una película muda creada en pleno furor del cine sonoro. Este filme cuenta la historia de un vagabundo enamorado de una florista ciega, que por un malentendido piensa que es un acaudalado caballero. Charlot se deja la piel para ayudar a la joven invidente y, además, también dedica su tiempo a un millonario deprimido que se da a la bebida y solo reconoce al vagabundo como su amigo cuando está borracho. Además de transmitir valores humanos como el amor y la generosidad desinteresada, o los problemas sociales que trata de fondo, como la diferencia de clases o el poder que da el dinero, es una película que hará que el público se emocione y ría, sobre todo porque toca temas universales y el espectador se pondrá en la piel de los protagonistas. “Ofreceremos un espectáculo del que podrán disfrutar tanto los amantes de la música sinfónica como las familias, ya que a los niños les encantará”, prometió el director, que justificó su afirmación con el hecho de que hayan “volado” las entradas. “Eso solo lo consiguen los Rolling Stones”, bromeó.
Mecanismo difícil
Pero para conseguir que la gente se olvide de la orquesta, Ocón señaló que detrás tiene que haber un trabajo muy duro y deben estar en absoluta sincronía con las imágenes. “La película dura 86 minutos, por lo que tenemos que estar concentradísimos durante todo el filme y estudiar muy bien dónde va cada nota”, explicó. “Se podría decir que Chaplin nos dirige en esta obra, todo tiene que salir de forma mecánica y todos los segundos tienen que encajar”, continuó, y mencionó momentos como cuando Charlot baja unas escaleras y los músicos tienen que marcar cada paso, o cuando el protagonista tiene hipo, ya que un músico se ha encargado de estudiarse al milímetro diez minutos del filme para poder interpretarlo después y no fallar cuando el personaje se mueve en pantalla. “Es una película bastante difícil, pero los músicos saldrán de esta experiencia conectados entre ellos”, agregó Ocón. Además, también afirmó que la película tiene un tipo de sonido “diferente”, con muchas piezas de flautas y flautines, además del saxofón. “Muchos jóvenes me han dicho que han tenido que desaprender algunas cosas para tocar esta pieza pero, al mismo tiempo, les ha aportado algo nuevo que se sale de lo que se hace hoy en día”, apuntó.
En esta ocasión, Ocón ha trabajado con medio centenar de músicos de instrumentos de cuerda, viento-metal y percusión. “Es la primera vez que hay saxofonistas en la orquesta, y creo que está siendo muy enriquecedor para ellos trabajar en un proyecto así”, afirmó el director, quien agregó que ayer ya habían terminado las clases e iban a comenzar ya con los ensayos de toda la formación a la vez.
Habitualmente ofrecen una obra de Chaplin cada tres años, pero esta vez no han querido esperar más de un año después del éxito de The Kid, que se presentó en enero de 2015. “Tuvo muchísimo éxito, porque es algo que difícilmente se ve por aquí, es algo distinto”, afirmó Ocón, quien aseguró que hay que apostar por este tipo de conciertos didácticos.