Plataformas como Airbnb o Booking han comenzado a eliminar los anuncios de aquellas viviendas turísticas de Euskadi que siguen sin solicitar el Registro Único de Alquiler, un trámite de cumplimiento obligatorio desde este 1 de julio que busca regular la actividad del sector y garantizar un mayor control por parte de las instituciones.
Desde el Registro de la Propiedad aseveran que de las cerca de 5.691 habitaciones y viviendas inscritas legalmente en el censo vasco, alrededor de la mitad han formalizado esta gestión que se aplica en todo el Estado a instancias de una nueva regulación europea.
“Estamos recibiendo una avalancha tremenda de petición de códigos numéricos de alquiler turístico este último mes y, sobre todo, en las dos últimas semanas”, reconoce Pablo Sánchez, decano de los Registradores de la Propiedad, Mercantiles y de Bienes Muebles del País Vasco.
Nuevas normas
Desde el pasado martes el código numérico es necesario para publicitarse en plataformas, incluso si las viviendas anunciadas están registradas en el Registro de empresas y actividades turísticas de Euskadi (REATE). Además de solicitar el Número de Registro Único de Alquiler, debe figurar en la página anunciante correspondiente, ya sea Airbnb, Booking o cualquiera del estilo.
“En caso contrario la plataforma elimina el anuncio porque el real decreto prevé que la sanción sea doble: para el titular del anuncio que se publicita sin código y para la propia plataforma”, explica Sánchez, quien apunta que esta regulación viene de la Comunidad Europea, que impone a los Estados la obligación de legislar sobre ello.
“Aunque son las comunidades autónomas las que tienen que visar que esos alquileres turísticos cumplan los requisitos y los registradores quienes examinen que esas personas están autorizadas, además de cumplir con otras condiciones”, matiza.
Si bien los propietarios de las viviendas turísticas han tenido varios meses para ponerse al día con este nuevo requisito desde que se publicó en el BOE, muchos han dejado el trámite para el último momento.
“Por desgracia la gente tiende a hacerlo todo el último día. Los últimos quince días han sido una locura”, corrobora Amaya Vildósola, arquitecta de MKR Soluciones, empresa dedicada al asesoramiento de pisos turísticos, quien concreta que muchos clientes llaman alarmados, después de que alguna plataforma les haya anunciado que van a retirar su anuncio.
“Cada registro funciona de forma independiente pero el trámite telemático se hace desde una plataforma general y ha habido momentos que se ha colapsado”, expone Vildósola. “El otro día se llegaron a recibir 15.000 solicitudes, de las cuales la mayor parte se concentraban en Baleares y Canarias”, especifica Sánchez.
Alquiler por temporadas
En todo caso, Amaya Vildósola asevera que este registro único también afecta a aquellas viviendas que se alquilan por temporadas: a trabajadores, estudiantes... “Mucha gente se ha dado cuenta tarde”, evidencia la arquitecta, que ya ha gestionado cerca de 300 códigos numéricos en el registro. Teniendo en cuenta que pueden demorarse hasta 20 días hábiles en dar un código definitivo, explica que mientras tanto proporcionan uno provisional con el que las plataformas anunciantes permiten seguir publicitándose. “Aunque el código numérico se puede obtener a posteriori y volver a anunciarse una vez de conseguirlo”, precisa Pablo Sánchez, quien prevé que al menos en los próximos dos meses haya una carga de trabajo notable.
Revocación del 5%
Según datos del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, hasta el pasado viernes el registro de alquileres de corta duración ha alcanzado las 3.018 solicitudes en Euskadi: 2.606 destinadas a alquileres turísticos –en el censo vasco hay 5.691 habitaciones y viviendas inscritas legalmente– y 413 a alquileres de temporada. “Se van a otorgar casi todos, el porcentaje de revocación es del 5%”, explica el decano de los registradores vascos, quien añade que hay dos supuestos principales con los que se están encontrando en la práctica.
“El primer problema es procedimental: no acreditar la legitimación del solicitante”, indica Pablo Sánchez, quien asevera que si es una empresa la que solicita el código numérico deberá presentar un poder por parte del titular registrado.
El segundo problema con el que se encuentran –y por el que más registros se deniegan– es que aunque haya algunas viviendas turísticas que están correctamente inscritas en el REATE, pueden tener una prohibición estatutaria en la comunidad de vecinos que les impida su condición legal. “Quizás en el Gobierno vasco no podían verlo, pero nosotros en el registro de la propiedad sí podemos”, puntualiza Sánchez.
Amaya Vildósola ratifica que algunos de sus clientes se han encontrado con este problema. “Había pisos que estaban inscritos en el REATE sin saber que sus comunidades ya habían votado en contra con fecha anterior a su inscripción, lo cual es incompatible y esos números de alquiler se han revocado”, explica la arquitecta sobre una normativa que ha cambiado en los últimos meses para dar más cobertura a los vecinos a la hora de intervenir en el establecimiento de viviendas turísticas. De hecho, según la última modificación de la Ley de Propiedad Horizontal, desde el 3 de abril este tipo de alojamientos necesitan la aprobación expresa de 3/5 partes de los vecinos.
En cualquier caso, el decano de los registradores reconoce que aún hay muchas viviendas turísticas que no han pasado por el registro. Y esgrime varias teorías al respecto.
“La primera es que habrá pisos turísticos inscritos en el REATE desde hace mucho tiempo que ya no lo destinan a alquiler, a pesar de no haberse dado de baja”, especula Pablo Sánchez, quien intuye que habrá otros que habrán desistido al considerar que el procedimiento les iba a provocar un problema. “También habrá quien sepa que no cumple los requisitos del REATE y no lo van a obtener. O quien esté esperando a última hora a ver cómo funciona y cuando les expulsen de las plataformas será cuando pida el código”, supone.
Una buena idea
Beneficioso para todos Pablo Sánchez no tiene ninguna duda de que el tiempo demostrará que esta normativa ha sido una buena idea.
“Está muy bien que cada comunidad autónoma tenga las competencias inspectoras y de vigilancia de los pisos turísticos, pero es necesario tener un control a nivel estatal y, sobre todo, europeo”, considera al decano, quien apunta que la regularización permitirá que las plataformas no puedan ser escaparate de aquellas viviendas que no cumplen los requisitos impuestos por las diferentes instituciones competentes, desde los gobiernos estatales hasta los ayuntamientos.
“Esto va a dejar exclusivamente los anuncios de quienes cumplen los requisitos legales”, declara Sánchez, quien indica que ello permitirá que se obtengan datos estadísticos mucho más fiables. “Se podrá ver cómo está afectando la implantación de pisos turísticos en el incremento del precio de la vivienda para poder llevar a cabo políticas públicas que sean apropiadas, argumenta.
Amaya Vildósola asevera que esta nueva obligatoriedad que llega desde la Comunidad Europea es beneficiosa también para los propietarios de las viviendas turísticas. “Quieren que todos se atengan a las mismas reglas. Ahora con el número de registro único, tanto Airbnb como Booking, en el momento en el que se incluya un anuncio, lo van a comprobar al instante y si no coincide con el que está en la ventanilla única van a retirar el anuncio”, garantiza la arquitecta, quien cree que estas plataformas no cancelan las reservas que están efectuadas con anterioridad a pesar de que retiren los anuncios de quienes no aportan el código numérico.