BILBAO - La 63 edición del Festival de Cine de Donostia, que se celebra del 18 al 26 de septiembre, anuncia una importante presencia vasca. Para empezar, una película rodada en euskera vuelve a competir en la Sección Oficial. Así, Amama, de Asier Altuna, sigue la senda marcada en 2014 por Loreak (José María Goenaga/ Jon Garaño) y competirá con los trabajos de Agustí Villaronga, Marc Recha, Federico Veiroj, Pablo Agüero o Cesc Gay; además, en la sección se proyectará, fuera de concurso, Mi gran noche, de Álex de la Iglesia.
Tampoco faltará a la cita donostiarra Imanol Uribe; su último trabajo, Lejos del mar, será una de las dos proyecciones especiales del Zinemaldia. Además de directores, habrá una notable presencia de actores vascos. Por ejemplo, Itziar Lazkano, Bárbara Goenaga o Lander Otaola protagonizan el largometraje Pikadero, drama rodado en Arratia y dirigido por el escocés Ben Sharrock; y a Asier Etxeandia se le verá en La novia, en compañía de la actriz Leticia Dolera.
José Luis Rebordinos, director del Zinemaldia, presentó todas las novedades del certamen, ayer, en Madrid, y se congratuló porque el cine estatal “se lo está poniendo cada vez más difícil al Festival”; añadió también que la selección definitiva de películas aún no está cerrada del todo. “Confío en que algunas películas, como la nueva de Alejandro Amenábar, puedan estar presentes en San Sebastián”, dijo Rebordinos.
El cine catalán también tendrá su peso. Participarán Cesc Gay con la esperada Truman, protagonizada por Ricardo Darín y Javier Cámara; Agustí Villaronga con una comedia rodada en Cuba, El rey de La Habana, y Marc Recha con el drama Un dia perfecte per volar. A ellos se suma como proyección especial No estamos solos, de Pere Joan Ventura. La representación estatal, muy abundante en esta 63 edición, se completa con otra docena de filmes.
‘Amama’
Asier Altuna (Bergara, 1969) recibió la noticia de boca de Rebordinos y ayer estaba feliz por todo lo que implica competir en la Sección Oficial. Tuvo tiempo de acordarse del equipo de Amama y de la gente que conforma el entramado cinematográfico vasco: “Estos últimos diez años se están haciendo películas en euskera y ahí hay implicada mucha gente, no solo directores. En Euskal Herria hay grupos potentes, técnicos, actores y actrices que están haciendo un gran trabajo. Son personas que están asumiendo riesgos y que está ganándose cierto reconocimiento”.
Competir en la Sección Oficial implica, además, otras cuestiones que tampoco se le escapan a Altuna: “Estás situado en el mejor lugar del festival, las distribuidoras internacionales pueden fijarse en tu trabajo, luego están las televisiones... Pueden abrirse muchas puertas”. El de Bergara percibe también cierto cambio de criterio en el Zinemaldia: “Rebordinos sigue nuestros trabajos y está muy sensibilizado con lo que hacemos aquí. Antes parecía como que a los trabajos de aquí se les exigía más que a otros. Ahora, noto que confían más en lo que hacemos, y a la vez eso nos da confianza a nosotros”.
Respecto a Amama, el cineasta resalta que “se trata de una película que habla de la incomunicación entre generaciones y de la desaparición de un mundo muy nuestro, el del caserío”. “Pero el filme también quiere trasladar un mensaje positivo -advierte Altuna-, que la comunicación sigue por otros cauces y que el legado de nuestros ancestros no se pierde del todo”.
Ander Lipus, que participa como actor en el largometraje, también recibió la noticia con regocijo: “Para mí el rodaje ha supuesto una bonita experiencia. Mi personaje es el más cómico, el del graciosillo, el que lo hace todo al revés, el que no vive ni querría vivir en el caserío”.