BILBAO - Mikel Santiago es un escritor curioso que en su vida particular une varias peculiaridades: estudió Sociología, se dedica al mundo de la informática, tiene una banda de música y acaba de publicar su segunda novela, El mal camino. La primera, La última noche de Tremore Beach, se convirtió en todo un éxito y su estilo fue comparado con el de autores consagrados como Stephen King, Jöel Dicker o John Connolly.
Siguiendo su estilo, la presentación de esta nueva novela tuvo lugar ayer en Bilbao y no fue al uso, estuvo acompañada de música y tertulia. El evento literario se celebró en el bar Kubrick y el escritor después de hablar de su libro se subió al escenario para tocar y cantar versiones de clásicos del rock con su banda musical. “En mi novela cuento muchas historias. El mal camino es un título representativo de lo que cuento. Se habla de la decisión de creer o no creer en las cosas fáciles; de creer o no creer en las propias fantasías o en las especulaciones. El mal camino es el camino de la verdad, el más difícil, el que nos trae disgustos”, dice Santiago. El escritor asegura que a veces hurgar en la realidad en vez de escoger lo que está en la superficie puede cambiar radicalmente una decisión.
Otro de los puntos que aborda este segundo libro de Mikel Santiago son los errores, ver cómo se solucionan “y también habla de un elemento muy de thriller que es el haber ido al lugar equivocado”. Si hace una comparativa con su persona, señala que él, como mucha gente, da vueltas a lo que ocurre. “Es el juego que planteo en este libro y uno de los temas que se plantean es vivir en la comunidad idílica. En mis personajes, uso a un matrimonio que se va a vivir a la Provenza francesa; la mujer está encantada y piensa en los años perdidos en Londres cuando en su nueva ubicación está la gente que ella quiere”. El contrapunto a este personaje de Mikel Santiago lo encarna el marido, un escritor: “Según llega se da cuenta que no encaja y que la gente que parece tan perfecta oculta algo”.
El escritor, nacido en Portugalete, ha vivido durante diez años en Irlanda y Ámsterdam: “La sensación de no encajar es muy humana y la reconoces si has vivido fuera, yo estuve una década, la mitad en cada uno de los sitios. Ahora vivo en Bilbao, he vuelto, y encajo aquí perfectamente. Quizá es fuerte decir que no encajes, pero al final eres un extranjero y por muy hospitalaria que sea esa sociedad, eres de fuera. Aquí tengo muchos amigos que son extranjeros, se adaptan, les gusta, la gente de aquí es cariñosa y amigable; pero aun así tenemos nuestras cosas. Por ejemplo, si no eres del Athletic, aquí te dan en el cogote”.
El mal camino habla de desubicaciones y problemas de sentir diferente: “A mayor edad, mayor desubicación. Para mí ha sido un bálsamo venir a Bilbao. Tienes a los amigos, conoces a las personas, su sentido del humor, sabes lo que hay dentro de las cabezas de las personas con las que convives. En otro país, por mucho que lo conozcas hay un factor educativo y cultural que se te va a escapar siempre”, sentencia el escritor.
experiencia viajera Santiago señala cómo ha sido su experiencia viajera y que en parte ha utilizado en sus novelas a la hora de recrear a sus personajes: “He vivido cuatro años y medio en Irlanda y cuatro años y medio en Ámsterdam, parece que este tiempo es un ciclo en mi vida. Cuando llegas se invierte mucha energía en el primer año fuera y quieres amortizarlo en el segundo, en el tercero empiezas a tener amigos y es en el cuarto cuando empiezas a plantearte irte”.
Además de crear software, escribir libros y practicar, como él dice, sociología de taberna, tiene una pasión: el rock. “Tengo varias bandas de rock, es como tener una novia en cada puerto; en Ámsterdam tuve a banda por año. Aquí en Bilbao tengo un montón de amigos músicos y lo primero que he hecho es animarles a tocar. Por eso hoy (ayer) vamos a tocar en el Kubrick. Hacemos una presentación diferente, lo hicimos ya así en Madrid el 21 de mayo. Creo que hay que darle un nuevo brío a las presentaciones literarias”, dice el escritor, que usa sus habilidades musicales y las combina con sus libros, toca la guitarra y canta.