cannes - Bajo un cielo azul, Cannes abría anoche la 68 edición de su prestigioso festival de cine. La cita cinematográfica más importante tras la noche de los premios Óscar atrae a más de 15.000 representantes de la industria del cine y unos 4.000 periodistas. Y cómo no, hasta el domingo 24 de mayo, las estrellas más rutilantes y las aspirantes a serlo pasarán por esta localidad de la Costa Azul.

Y lo harán bajo la mirada sonriente de una de las grandes: Ingrid Bergman. La actriz sueca, la inolvidable Ilsa de Casablanca, hubiera cumplido 100 años en agosto. El festival ha querido recordar a quien también fue presidenta del jurado de la Sección Oficial en 1973. Por eso, su rostro sirve de cartel a esta edición. “Su familia está feliz”, recordaba hace unos días, su hija, la también actriz y directora Isabella Rossellini.

Precisamente Isabella Rossellini, que presidirá el jurado de la sección Un Certain Regard, era una de las que subían las escaleras engalanadas con la alfombra roja para acceder a la gala inaugural en el Palais del Festival, cuya fachada preside un gran cartel con el rostro de la Bergman. Anoche también subió esos peldaños rojos, Lupita Nyong`o, la actriz de 12 años de esclavitud que brilló en los Óscar con un vestido de perlas. En esta ocasión, Lupita Nyong`o lució un vaporoso vestido verde de Gucci. Naomi Watts optó por un modelo en gris de Saab. Más sencilla, Natalie Porman de rojo, acudía acompañada de su marido, el coreógrafo y bailarín, Benjamin Millepied. La actriz israelo-estadounidense presenta en Cannes su primer largometraje como directora, A tale of Love and Darkness, basado en una historia del escritor israelí Amos Oz. Millepied, director de danza de la Ópera de París, quien había preparado la coreografía que recrea la escena de amor de Vértigo y que se pudo ver en la gala inaugural.

jurado multicultural La alfombra de este año se recordara por la frase “pas de selfies, s’il vous plait”. Porque la dirección del festival considera ridícula la costumbre de autorretrarse en la alfombra roja. Y ha sido taxativa: no se permitirán ese tipo de fotografías tomadas con el móvil.

A nadie. Ni siquiera al jurado, que al completo, posaba ante los fotógrafos en la alfombra poco antes de comenzar la gala. Un jurado encabezado por los estadounidenses Ethan y Joel Coen, productores, guionistas y directores de joyas como Fargo o Muerte entre las Flores. Estarán acompañados por los también directores, guionistas y productores, el mexicano Guillermo del Toro y el canadiense Xavier Dolan, el actor estadounidense Jake Gyllenhaall y la compositora maliense Rokia Traore. La actriz y realizadora francesa Sophie Marceau, la intérprete británica Sienna Miller y la española Rossy de Palma completan el panel de los que deben juzgar las 20 películas a competición en la Sección Oficial.

Uno de los iconos del cine francés cerró la alfombra roja: la actriz Catherine Deneuve, con un vestido bicolor. Ella encabeza el reparto del film que inauguraba ayer la 68 edición de Cannes, La Tete Haute. La película, recibida con frialdad por la crítica, permitió a su directora, Emmanuelle Bercot, ser la segunda mujer que inaugura Cannes? en sus 68 años.

En este film, que relata los seis años de lucha de una jueza y una consejera social por evitar que un niño se convierta en delincuente juvenil, destaca precisamente la interpretación de la Deneuve y del joven actor Rod Parot.

ceremonia sobria Tras el glamour de la alfombra roja, la ceremonia breve, de apenas 45 minutos, y sobria presentada por el actor francés Lambert Wilson. Después del buen recuerdo que dejó el año pasado, Wilson fue invitado a volver a ejercer de maestro de ceremonias. “Espero que haya una tercera vez” se confiaba el actor de 57 años de edad a una agencia de prensa antes de empezar.

Tras presentar al jurado, Wilson denunció la violencia contra las mujeres. La estadounidense Julianne Moore, ganadora el año pasado de la Palma de Plata a mejor interpretación femenina, vestida con un dos piezas negro de plumas y lentejuelas, inauguró el festival.