joan Baez (Nueva York, 1941) parece eterna. A sus 74 años sigue ofreciendo una imagen y una voz saludables, como su propio repertorio, esas eternas canciones folk nacidas de las raíces del pueblo y que han sido cantadas en inglés, castellano o portugués en múltiples manifestaciones y barricadas en multitud de países a lo largo del último medio siglo. La estadounidense que descubrió a Bob Dylan a los Estados Unidos contestatarios de Martin Luther King y Vietnam, inicia hoy una gira vasca en el Baluarte de Iruñea que concluirá el martes en el bilbaino Euskalduna Jauregia.

Auténtica institución del folk y de esta música considerada como combustible de la gente y el pueblo, y de arma capaz de cambiar las cosas, la voz potente, aguda y casi de soprano de Baez volverá a sonar en Euskal Herria. El vibrato de su dotada garganta ha sobrevivido a los vaivenes musicales, sociales y políticos del último medio siglo, y volverá a enamorar a sus fans en una gira estatal que hoy se inicia en Iruñea y pasará el martes por Euskalduna Jauregia -a las 20.00 horas, con la colaboración de DEIA- tras visitar diferentes ciudades italianas y dirigirse después hacia Portugal. Tras el receso primaveral, en verano volverá a Europa para hacer revivir a varias generaciones que el humanismo, el compromiso y las canciones sencillas, enraizadas en los corazones de la gente, siguen siendo buenas armas en este milenio descreído y en crisis.

Los cambios sociales deben ir acompañados de música y canciones. Bien lo sabe, y sigue defendiéndolo esta estadounidense menuda y frágil de apariencia física pero pétrea en sus convicciones, esas que defienden que la música no debe solo entretener sino servir como instigadora de cambios sociales, inspirando y guiando a la gente. No en vano, ella, que descubrió al mundo al Bob Dylan más joven y rebelde, se puso a la cabeza de ese movimiento folk de los 60, cuando los jóvenes estadounidenses lucharon por los derechos civiles de la gente de color y se levantaron contra la Guerra de Vietnam.

An evening with Joan Baez, una noche con ella. Ese el nombre de su gira actual, en la que alterna la interpretación de sus clásicos en solitario -con la única ayuda de su guitarra acústica y su voz privilegiada, a la que suele sumarse el coro del auditorio correspondiente- con el apoyo de un dúo de músicos. De un lado, el excelso multiinstrumentista Dirk Powell (violín, guitarra, mandolina, acordeón, teclados y banjo), un tipo al que “Dios le otorgó una sobredosis de talento”, según Baez, y “un tipo duro, el mejor intérprete de banjo de todos los tiempos”, según Steve Earle. Powell ha tocado para Levon Helm (The Band), Jack White, Emmylou Harris, el propio Earle, Kris Kristofferson, Linda Ronstadt y Jackson Browne. De otro, Gabriel Harris, que se ocupa de la percusión y es el hijo que Baez tuvo con el periodista y activista David Harris hace ya más de 40 años.

Clásicos Baez, que editó su debut discográfico homónimo en 1960 y se coronó en Woodstock, hace ya años que no graba canciones nuevas. Su último disco de estudio, titulado Day after tomorrow, data de 2008. Se abría con la canción God is God, en la que a ritmo de plácido folk acústico cantaba “he viajado a lo largo del mundo? creo en los milagros”. No al nivel frenético de Dylan, pero Joan sigue en la carretera, complaciendo a sus seguidores con un repertorio teñido de nostalgia y de clásicos imperecederos.

Baez, que a finales de la pasada década recibió un Grammy a toda su carrera, está interpretando en su gira actual canciones inolvidables como Farewell, Angelina, uno de sus grandes éxitos de mediados de los 60, el mítico y negroide Swing low, swing chariot, y varios e inevitables rescates de Dylan, entre los que no suelen faltar Blowin´ in the wind y It’s all over now, baby blue. En sus conciertos italianos se ha atrevido también con Imagine, de John Lennon, y The boxer, de Simon & Garfunkel. Y siempre se atreve con incursiones en otros idiomas, con el castellano al frente. En ese tramo del concierto, suele ser obligado Gracias a la vida, en tributo al Chile de Allende, y, esperemos, nos deleite con su interpretación en euskera del mítico Txoria txori, de Mikel Laboa.

Reedición Precisamente la canción de Laboa figuraba en su disco titulado Diamond and rust in the bullring, un trabajo poco conocido de Baez que incluía su concierto ofrecido en Bilbao, en Vista Alegre, en el año 1988. Acoustic Sound lo acaba de reeditar en formato vinilo aunque en una tirada limitada de únicamente 200 copias. En el caso de Proper Records, acaba de reeditar en Europa Diamantes, un trabajo publicado originalmente el año pasado coincidiendo con su gira por América del Sur. Incluye parte del cancionero del disco bilbaino, otras favoritas de Baez y dos grabaciones recientes de las portuguesas Ate amanha/te ador y O’Cangaceiro. ¡Y No nos moverán, claro! Toda una declaración de principios para una artista indestructible.