EL arte de Agustín Ibarrola (Bilbao, 1930) vuelve a brillar en la Galería Ormolú de Iruñea. Dos años después de que este espacio expusiera la última obra gráfica del creador vasco, ahora brinda la oportunidad de contemplar una selección de obra única original en pequeño formato -sobre papel y sobre lienzo- y algunos de sus libros de artista. En conjunto, la exposición, enmarcada en el programa Los febreros de Ormolú y visitable hasta el próximo día 28, es una muestra del universo colorido, comprometido y libre de Ibarrola, que se expande en este caso por las paredes de la galería atrayendo y enriqueciendo las miradas de los visitantes.

A sus 85 años, Agustín Ibarrola sigue siendo un creador muy activo y disciplinado. Se levanta temprano cada día -de 7 a 8 de la mañana- en su caserío del bosque encantado de Oma para hacer aquello sin lo que no concibe la vida: crear. “Nada más levantarse lo primero que piensa es: qué tengo que hacer hoy”, cuenta Esperanza Yunta, comisaria de la actual exposición de Ormolú, además de artista y grabadora. Ella, que lleva casi veinte años trabajando con Agustín Ibarrola, destaca de la personalidad del artista “su humanidad y sencillez”, y de su quehacer creativo, ante todo, “el hecho de que, con más de 80 años, tenga en sus obras el trazo de la juventud”.

Además de la pintura, protagonista de estos Febreros de Ormolú en obras enmarcadas sobre papel, un gran óleo sobre lienzo y los mencionados libros de artista, este vasco universal trabaja también la escultura y la obra gráfica, de la que ya pudo disfrutarse hace ahora dos años en Iruñea, en la que fue la primera muestra de Ibarrola en la capital navarra desde la que protagonizó en la Ciudadela allá por el año 1978. Antes, en el 72, en el marco de los míticos y vanguardistas Encuentros de Pamplona, se pudo ver obra del bilbaino en una colectiva. “Agustín es un gran grabador de xilografía, uno de los mejores que ha tenido el siglo XX, y no es su faceta más conocida. Trabaja con una gran delicadeza... Y también es un gran escultor”, subraya Esperanza Yunta. Ella se empeñó en sacar a la luz las obras que lucen ahora en la Galería Ormolú. “Nacen de bocetos que Agustín suele hacer, últimamente empleando papel de estraza, y que terminan siendo grandes cuadros al óleo, muchas veces de tamaño monumental. Un día le pregunté: ¿Qué vas a hacer con estos bocetos? Y le propuse la idea de hacer con ellos libros de artista. Restauré algunos, los puse sobre un papel muy especial, antiguo y creado artesanalmente, que pertenecía a la familia Azcona de Tafalla, y de ahí surge esta exposición”, cuenta la comisaria.

Antes que en Ormolú, esta obra se ha podido disfrutar en la Galería Ari-tza de Bilbao, en la Feria de Grabado bilbaina, donde se vendieron algunas creaciones, y ahora llega a Iruñea antes de viajar probablemente a Canarias. “Hay en proyecto una exposición de libros de artista y bocetos en un sitio de las islas todavía por confirmar. Porque Ibarrola está trabajando ahora en bocetos que llevará a obra grande en el marco de una instalación que va a hacer en Canarias”, cuenta Esperanza Yunta.

Trazando la libertad

De las obras que pueden contemplarse estos días en Iruñea, destaca “la impronta tan rápida, tan espontánea y tan fresca”. “Con pocos trazos, logra hacer algo muy motivador, que conecta enseguida con el espectador”, detalla la comisaria de la muestra. Los libros de artista, debido a su delicadeza, deben disfrutarse y manipularse con guantes -están allí mismo, en la galería, a disposición del visitante que quiera sumergirse en estas obras-, porque el papel es muy frágil y pueden mancharse muy fácilmente.

El colorido y la ruptura del cuadrado, constantes en la obra del bilbaino, están aquí también muy presentes, y llegan a su máximo esplendor en el único óleo sobre lienzo que alberga Ormolú. “Agustín no le tiene miedo al color, ni al ritmo, ni al espacio vacío...”, cuenta su amiga artista y grabadora. Ese atrevimiento se percibe en estas obras libres que contagian de espíritu joven, de inquietud y de ganas de descubrimiento vital a quien las contempla.