TIENE un nombre sonoro, Ildebrando D’Arcangelo, y una papel trepidante en la ópera que abre la nueva temporada de la ABAO, la 63 de su larga vida: pondrá voz a Attila en la legendaria ópera de Giuseppe Verdi. Su tremebunda voz romperá los velos de la nueva temporada de la ABAO por la que se brindó en sede de la Fundación BBVA que ayer se pobló de melómanos empedernidos que, sotto voce, hacían sus quinielas: Werther, la ópera de Jules Massenet, será la gran sorpresa del año, con Roberto Alagna, como grande entre las grandes. El tenor, uno de los elegidos en la actualidad, debuta en Bilbao y ha generado un halo de expectación a su alrededor.

Con el capittano Juan Carlos Matellanes al frente, la junta directiva de la ABAO se acercó ayer a la celebración con la convicción de que, con esa programación, volverán a conquistar las tierras altas de la música. Así, Alfredo Samper, José Antonio Isusi, Santiago Goyarrola, Javier Chalbaud, Maite de la Fuente, Begoña Ruiz de Erentzun, comendattore de la Ópera Berri; Txema Vázquez Eguskiza, Jesús Urrutikoetxea y Carmelo Flores saludaron a los invitados con esa alegría propia de los bautismos, convencidos de que la criatura que ve la luz será todo un prodigio para quienes la escuchen a lo largo de la temporada que ahora se descorcha. No escucharon un solo pero a la programación, ni siquiera cuando Matellanes anunciaba recortes en el programa de mano.

ese intenso coro Un intenso coro de invitados coloreó el cóctel de bienvenida a la ópera, siempre celebrada en Bilbao. A la cita no faltaron la consejera de Educación y Cultura, Cristina Uriarte, la diputada de Cultura, Josune Ariztondo, el concejal José Luis Sabas, Asís Canales, en nombre de Iberdrola, Mónica Gortazar, Beatriz Marcos, María Luisa Molina, Cecilio Niño, director artístico de la ABAO; José Luis Lasa, José Manuel Mollinedo, gerente del Gran Casino Bilbao, Cornelia Negueruela, Magdalena Suárez, Carmen Urrestarazu; la directora del periódico Bilbao, Elena Puccini, Lander Mendieta, Susana Rodríguez Vidarte, Joan Piera, Iñigo Iturrate, María José Zabala, Fernando Llarena, Asier Loroño y una legión de nombres propios que escucharon las primeras palabras de Koldo Campo, conductor de la noche en la que Matellanes no perdió el paso a la hora de desgranar todo el programa.

Toda la noche tuvo su ritmo, su mágica melodía por encima de todas las cosas, incluidas las bellas palabras. No por nada Wolfgang Amadeus Mozart nos recordó que en una ópera, la poesía, por fuerza, ha de ser hija obediente de la música. En él se mecieron asistentes como Juan José Llorente, Mari Carmen Ramos, Rafael Careaga, Eva Aja, Ignacio Erice, José Ignacio Zudaire, Ignacio Marco-Gardoqui Magdalena Múgica, Yolanda del Hoyo y así toda un corte de amantes del bel canto.

Fue una noche de amor desenfrenado, dicho sea con cautela y prevención ante los propensos a escandalizarse. No en vano, para definirla cabe recordar al viejo orador francés, Enrique Lacordaire quien dijo que el amor en Francia es una comedia; en Inglaterra, una tragedia; en Alemania, un melodrama y en Italia, una ópera. Y la ABAO, ya se sabe, adora Italia. Y a Verdi.