bilbao - Natalia Dicenta estaba predestinada a acabar en un escenario. Y ahí sigue. Primero se subió como actriz, en una larga carrera de casi 40 años y, últimamente, también como cantante de jazz y soul. Ahora compagina la producción teatral Última edición con los conciertos de presentación de Colours, su debut discográfico. Hoy lo presenta en la apertura del Festival de Jazz de Getxo, a partir de las 21.00 horas, en la plaza Biotz Alai. “No soy cantante ni actriz, soy intérprete”, asegura.

¿Usted nació sobre un escenario, ya que lo pisó en la tripa misma de su madre?

-Así es, desde pequeña he sido muy teatrera y fantasiosa. Me cuentan que era sorprendente verme jugar, ya que inventaba historias y no necesitaba juguetes. ¡Qué mejor lugar para dar rienda suelta a esa fantasía que un escenario! Ese es mi privilegio, poder usar el escenario para desarrollar mi imaginación. Durante casi 40 años, a través de la palabra, y, desde hace unos 15, a través de la música.

¿Ambos lenguajes se alimentan?

-La música ha sido la consecuencia lógica a mi necesidad de contar historias.

Su apetito parece voraz, ya que también ha hecho danza.

-Esa ha sido siempre mi voluntad y mi disfrute. Desde joven no sentí como un esfuerzo ir a clases de danza, inglés o interpretación. Y leer, escuchar música, tampoco. Era parte de mi vida y de mi mundo interior. De hecho, pedía ir a aprender.

¿Y sigue con ese afán?

-Claro, la etapa de aprendizaje no acaba nunca. Hay que reciclarse siempre. Y cada vez que me hablan de genes y de que “de casta le viene al galgo”, me parece injusto. Nada viene dado, hay mucho esfuerzo, estudio y soledad detrás de mi carrera, para proyectar mi voz cuando supe que mi capital para ganarme la vida serían las cuerdas vocales.

Siempre ha estado rodeado de actores. ¿De música también?

-En mi casa se cantó siempre; y de todo. Mi abuelo materno nos dormía y despertaba con tangos, mi abuela me quitaba las rabietas con zarzuela, mis padres oían jazz... La música me ha rodeado, de forma ecléctica. Por eso me parece natural cantar.

De niña le gustaba disfrazarse. ¿La Natalia real es la actual, la que también canta?

-Por supuesto, ya que cuando me disfrazaba de niña ya cantaba delante del espejo. Eso sí, al poner el tocadiscos cerraba la puerta.

En su caso, ¿resulta obligado interpretar también cuando canta?

-Siempre he dramatizado al cantar. Cuando lo hago, cuento historias con música. No puedo separarlo. No soy cantante por un lado y actriz por otro; soy intérprete de historias.

En Getxo presentará su debut, ‘Colours’.

-Ese disco es un sueño cumplido, y hacerlo en el festival de Getxo es un honor debido al cartel fabuloso que ofrece. Cuando vi que Jack DeJohne-tte o Michel Camilo tocarían también? Asociar mi nombre a esos dos talentos me tiene todavía con la boca abierta y las orejas como Dumbo. Como si fuera una niña, la que se enamoró del jazz con Fred Astaire.

¿Acompañado de Ginger Rogers?

-Sí, pero también de Cyd Charisse y Rita Hayworth. Esas películas las repaso cada cierto tiempo. Su música me enamoró; de adolescente me sonaba extraordinaria y busqué y busqué hasta saber quiénes eran Cole Porter, los hermanos Gershwin y otros grandes autores de la música popular americana.

Y muchas cantantes de color, también, imagino.

-Claro. Nací en España y no crecí en Nueva Orleans, rodeada de música, pero he escuchado a los grandes. De las clásicas, como Ella Fitzgerald, Mahalia Jackson o Sarah Vaughan, a artistas actuales como Erykah Badu o Dee Dee Bridgewater. Tengo el oído impregnado de todas ellas, aunque mi cultura sea otra. Me da cierto pudor, pero me dicen que mi voz se anegra cuando canto (risas).

Imagino que el título de su CD se refiere a la variedad de estilos y ‘colores’ que agrupa...

-Por supuesto. Titular es fácil o? imposible. Tengo guardadas otras propuestas, pero me decidí por Colours debido a esos estilos diferentes que incluye. Hay hasta pop, con un homenaje a Billy Joel. Y como me dicen que disfrutan conmigo pero no me entienden en inglés, también algún bolero.

Cuando canta en inglés, parece otra. Su timbre vocal cambia.

-¿Sí? ¿Lo crees? Yo lanzo a la cantante al escenario y canta. Si tuviera que salir yo, me moriría de miedo. Es que soy tímida. Me pongo en la piel de otra, bien interpretando o cantando. Lo que más me gusta es hacer feliz a la gente. Y lo hago hablando mucho en escena.

¿Se ha tenido que autoeditar el CD?

-Tuve algunas ofertas de grandes discográficas, pero iban a otro ritmo y me daban largas. Colours es mi primer hijo musical y lo editó Youkali Music porque quería que saliera ya. Estaba hecho desde 2010.

¿Habrá un segundo?

-Por supuesto que sí.