Un joven de Tolosa y otro de Logroño han puesto en marcha un proyecto de comunicación y marketing bajo la denominación común de La oveja bala-Algo más que barricas. Precisamente una de sus iniciativas ha sido vestir de cine las barricas de una bodega de San Vicente de la Sonsierra y ya se empiezan a ver algunas en establecimientos hosteleros de los pueblos de Rioja Alavesa.
Según comentan, "este proyecto surge con la idea de dar una nueva oportunidad a un elemento con forma y características especiales como es la barrica clásica de crianza de vino. Nuestro trabajo está centrado fundamentalmente en la aplicación de variados diseños utilizando nuestros conocimientos en campos diversos, como el diseño gráfico, interiorismo y artes aplicadas para la creación de nuevos y únicos elementos decorativos a partir de diversos materiales y técnicas, y todos nuestros trabajos están realizados íntegramente a mano".
Con esa visión logran transformar una barrica en una gigantesca lata de cerveza o reflejan a Harry el Sucio, a Hitchcock o a otros de los infinitos iconos cinematográficos en un elemento de decoración, en una obra de arte que revaloriza los toneles en los que los bodegueros acostumbran a envejecer los caldos.
En su concepción ha tenido un peso importante la nueva costumbre de colocar barricas en el exterior de bares y restaurantes para hacer más cómoda la estancia de los clientes, y fumar mientras se toman unos vinos, tras las prohibiciones de la legislación sobre el tabaco, que impide encender un cigarrillo en el interior de los locales.
Enrique Martín, tolosarra, ha trabajado durante doce años en la agencia de comunicación Código de Donostia como diseñador gráfico y los últimos años en Logroño como freelance realizando, sobre todo, trabajos de merchandising, identidad corporativa, señalética y un largo etcétera. Por su parte, Raúl San Cristóbal, riojano, ha trabajado durante quince años en varios estudios de arquitectura e ingeniería colaborando en proyectos de todo tipo. Ahora, ambos se lanzan a un nuevo proyecto a caballo entre el arte y la viticultura para devolver la utilidad a las barricas que se sacan de las bodegas. Ya en los últimos años se ha puesto de moda utilizar los toneles como mesas o elementos decorativos de bares y restaurantes. Estos dos jóvenes han ido más allá fusionando cine y vino decorando las barricas con cuantos elementos de Hollywood encuentran a su alcance. Algunas de estas curiosas piezas ya se muestran en establecimientos hosteleros de Rioja Alavesa. Sin duda, pronto comenzarán a exportarse a otros puntos de la geografía vasca como elemento decorativo, sin olvidar su valor artístico. Una forma de otorgar una segunda vida a las apreciadas barricas de roble.