Hablamos de jóvenes que tienen que afrontar sus vidas sin mirar para atrás. Nosotros les damos el calor y cariño que necesitan para que puedan ir tomando sus decisiones. Con firmeza, poniéndoles también normas y límites, porque tienen que ir acostumbrándose a las dos cosas. Como todos los demás, pero ellos están en una situación de especial desprotección”. Así ilustra Teresa Laespada, diputada de Empleo, Cohesión Social e Igualdad, el contexto que ha llevado a integrar hasta la fecha hasta 3.600 jóvenes de entre 18 y 23 años en Estrategia Joven, un programa implementado el 1 de julio de 2018 a través de la Dirección de Inclusión Social y que en 2020 se extendió a la Dirección de Empleo del mismo departamento, y que tiene el foco puesto en la prevención de la exclusión social y la desprotección. Asimismo, se pretende insuflar a este sector de la población que ha estado bajo la tutela del ente foral, de un apoyo social intensivo, orientado a fortalecer su impulso vital, con especial énfasis en su inclusión relacional durante la transición a la vida adulta.

En paralelo, incluye una acción protectora transicional, que engloba una formación cualificada, apoyo en vivienda, asesoría legal y prestaciones económicas, para fomentar así su autonomía y capacidad de autogestión. Este plan propicia además formación en competencias laborales, prácticas en empresas, orientación profesional, acompañamiento y apoyo económico, de cara a facilitar su acceso y permanencia en el mercado de trabajo.

Se trata igualmente de una salida para esos jóvenes que resuelven permanecer bajo protección de la Diputación desde su libre elección, lo que jurídicamente es de por sí importante. “Hay un porcentaje no muy grande que decide no continuar con nosotros y vuelan. Algunos lo hacen muy bien porque tienen posibilidades de hacer vida por su cuenta pero otros acaban volviendo porque se dan cuenta de que fuera, en la calle, hace mucho frío”, dibuja Laespada. “Cuando se acercan a los 18 años se lleva a cabo con ellos un proceso de aproximación para contarles a lo que se van a enfrentar. Una vez deciden seguir empezamos a trabajar con ellos. Lo primero es saber si tienen un recurso alojativo, es decir, si tienen un lugar donde dormir y residir. En caso contrario, les podemos proveer bien de un recurso económico para que puedan pagar un piso entre varios o estar dentro de nuestros servicios de residenciales”, explica la diputada foral.

Los jóvenes participantes proceden de la exclusión social; desde el sistema de infancia; o mujeres víctimas de violencia machista. Y cuentan con un doble modelo de atención: por un lado, comunitaria, es decir, centrado en fortalecer sus recursos personales tanto en habilidades sociales como en competencias individuales, con el fin de mejorar su resiliencia y capacidad de encarar los retos de la vida adulta; por otro, de apoyo social cognitivo-emocional, enfocado en aspectos como la autoestima, motivación, responsabilidad, habilidades de autocuidado, autogobierno e interacción, con el objetivo de lograr una participación social activa y una interacción relacional plena. “Buscamos que aprendan a vivir de manera independiente, les encaminamos hacia la autonomía. Que vayan soltando lazos”, subrayan desde la Diputación Foral. “Como si fuéramos sus padres y madres les ayudamos a que puedan terminar sus estudios e incorporarse al mercado de trabajo. Por el hecho de haber estado en servicios de protección de la infancia, tienen derecho a cobrar la RGI tras la última modificación legal. También les proporcionamos educadores que les acompañen a administrar sus casas, cuentas, dineros..:”, resalta Laespada. No es una relación etérea ni dócil porque “les exigimos resultados”. “Firman una especie de convenio y se comprometen a cumplir con la formación, sus deudas, gastos”.

Inserción laboral

De hecho, en el ámbito del empleo existe el programa Gazte On, lanzado en 2020, con una duración de dos años y en el que han tomado parte 850 jóvenes, que cuenta con un presupuesto de 1,2 millones de euros –en el ámbito de la inclusión social, la inversión de 2024 ascendió a 7,15 millones–. La inmensa mayoría, cerca de un 90%, se suma al mundo del trabajo en áreas como la hostelería, industria, construcción. “Son chicos y chicas que están muy encaminados, que tienen muy claro hacia dónde quieren ir”, se felicita Laespada. “Aunque les acompañamos hasta los 23 años, a los 21 bastantes ya han logrado ubicarse y suelen soltar amarras. Hay otros que vienen con mucho más daño y dificultades, muchas veces chavalería autóctona, con familias en desprotección”, apunta.

Este grupo de jóvenes es consciente de que “ha vivido una infancia distinta”, arrastran la mochila de asumir que “tienen un entorno familiar desaparecido”. “Y eso es muy duro”, constata la diputada. “Por humanidad, por justicia... Nos debemos a seguir protegiéndoles y, cuando les das opciones, se agarran a ellas con mucha fuerza”, ahonda. Además, el incremento de jóvenes ha ido en paralelo a la mayor llegada de menores extranjeros no acompañados. “Lo mismo que Infancia nota la presión, también nosotros, solo que tenemos más tiempo porque nos recibimos el primer impacto, disponemos de mayor previsión”, narra la diputada. En definitiva, “saber que hay 3.600 vidas estructuradas “nos llena de orgullo”. Un ejemplo, visualiza Laespada: “Debajo de mi despacho tengo cerca un bar y un chico de 22 años que hace turnos de tardes de cafetería pasó por este programa. Me saluda con una alegría. Verle tan bien...”, se emociona.

‘Estrategia joven’

¿En qué consiste? El programa, dirigido a jóvenes de entre 18 y 23 años, se implementó en julio de 2018, y está enfocado en ayudar a ese sector poblacional que por ejemplo ha estado bajo la tutela del ente foral. Consiste en prevenir de la exclusión social y la desprotección; en ofrecer un apoyo social intensivo con especial énfasis en la inclusión relacional durante la transición a la vida adulta; en proporcionar formación cualificada, apoyo en vivienda, asesoría legal y prestaciones económicas para fomentar su autonomía; y en formar en el ámbito laboral a través de prácticas o de una orientación profesional. En cuanto a la inversión anual en inclusión social, en 2024 fue de 7,15 millones de euros.

Te puede interesar:

El plan ‘Gazte on’ ha ayudado a 850 jóvenes

Desde su lanzamiento, este programa ha alcanzado a 3.600 jóvenes. En el ámbito del empleo se creó en 2020 el proyecto ‘Gazte On’, y desde entonces ha contado con la participación de 850 personas. Tiene una duración de dos años, basándose en el diagnóstico social y laboral inicial, e incluye formación en competencias, prácticas, orientación laboral, acompañamiento y apoyo económico. El programa ‘Gazte On’ dispone de un presupuesto de 1,2 millones de euros.