Bilbao. "El destino de la mujer en la ópera suele ser fatal, cargado de sufrimiento, o aparece como mala malvada, reflejando un papel bien aprendido de chica maliciosa que se aprovecha y se ríe del viejo rico". La soprano y actriz vasca Miren de Miguel se decidió a llevar a escena dicho planteamiento. Para ello creó una perfomance operística, Tutte contro Verdi, para recrear su propio conflicto como mujer y artista en uno de los muchos montajes en los que saca a la luz el machismo y la violencia de género que hay en la lírica.

Para esta soprano de nacimiento, la ópera permite a los hombres dar voz a la misoginia. "La lírica no solo muestra al hombre como un sujeto jerárquicamente superior, sino que también hay una imposibilidad de la mujer para decidir su destino, a expensas de lo que decida el varón. Vida y muerte trágica acompañan a la mujer en este universo lírico y la ópera refleja esta realidad latente en la sociedad actual, que ha sabido sobrevivir al paso de los años", sentencia esta bilbaina de pro que tras permanecer estudiando y trabajando en Italia durante 15 años, hace ocho decidió volver a su tierra porque quería tener aquí a sus hijos.

Miren de Miguel creció en una casa donde se escuchaba mucha música. Su aita cantaba en otxotes y ella estaba siempre con las cassettes de zarzuelas del padre; se las sabía todas. Estudió en el conservatorio y en el teatro, mientras hacía periodismo. El entorno familiar próximo siempre le animaba a que dejara la música y se dedicara a otra cosa. Su aita, que se murió hace seis años, le decía "deja lo del conservatorio que allí solo van los ricos. Eran cinco hermanos, la única chica, ella. "¿Ahora entiendes por qué soy feminista?, se pregunta en voz alta. "Tal y como estaban estructuradas las enseñanzas musicales y artísticas, una podía hacer hasta cinco carreras". "En mi casa no me animaban a que estudiara música, porque lo natural en mi era cantar; no entendían mi empeño en formarme si ya sabía cantar. En casa me aman y me adoran, pero no del mismo modo que si hubiera estudiado la carrera de abogado", dice con picardía.

"A Bilbao llegué no solo con la intención de tener a mis hijos, sino para hacer lo que a mí me gustaba. Poco a poco, siendo más o menos conocida, lo estoy consiguiendo. En uno de los pabellones de la Hacería Arteak y con la productora Isifuera S.L. junto con su director Manu Gómez-Alvarez fue donde surgió la ópera Tutte contro Verdi, que se estrenó con notable éxito en la Alhóndiga y ha estado de gira por el Estado. "Ahora estamos trabajando en Cabaret, sobre la vida y la música de Coll Porter, que se estrenó el pasado 28 de diciembre en la Hacería", explica sonriente la polifacética artista vasca.

'Tutte contro verdi'

Con Tutte contro Verdi pretendió mostrar y hacer pensar sobre el papel de la mujer en la ópera de Verdi, con textos de Shakespeare sobre todo. "Frases, personajes y mujeres como éstas nos llevan hacia una reflexión sociológica y filosófica del papel de la mujer en las óperas que más ama el público y en los textos maravillosos del autor inglés", reflexiona la soprano.

Porque como artista se muere por salir a escena y cantar esos dramas. "Aunque como mujer, si les hubieran puesto a todas las sopranos un papel un poco más divertido, me hubiera encantado. Es la dicotomía llevada a escena. Está bien hacernos sufrir como mujeres y que por sufrir por amor, no nos pase nada. Y yo lo llevo a escena. Como artista estoy encantada de cantar a Verdi, pero como mujer sufro por cantar a Verdi. Es el punto de vista de una soprano feminista. Pertenezco a una Asociación que se llama Clásicas y Modernas de Madrid que trabaja por la Igualdad en la Cultura. Intento, como mujer que se ha tenido que mover por todos los sitios en el mundo del teatro, de la música clásica y que hemos pasado por todo, dar a conocer esta realidad".

Personajes ultrajados

"Mi Yo soprano ama y adora el bel canto y las melodías y armonías sublimes que llevan en sus notas y compases, textos que hieren y lastiman a mi yo mujer; por otra parte solo mi yo actriz es capaz de interpretar a personajes femeninos ultrajados y desdeñados por la figura masculina", reflexiona Miren de Miguel.

A sus 45 años, "con una genética estupenda heredada de mi madre vasca y algunos productos", dice sonriente, la artista vasca ha conseguido en Bilbao ser la guionista y actriz de sus propias obras. "Muchas veces las que somos sopranos, pero nos gusta mucho el teatro contemporáneo, estamos un poco fuera de órbita. Si estás en la ópera, vives en el mundo del perfeccionismo, de la lírica. Pero además quería compaginar ser actriz con ser soprano, que era lo que yo quería hacer mezclando ambos registros; por eso decidí venir a Bilbao y aquí lo estoy haciendo. Al final, una se tiene que hacer sus propias cosas", apunta con sinceridad.

La soprano y actriz vasca acaba de estrenar un cabaret sobre la música de Cole Porter, que lleva por título, So in Love, "aunque es muy complicado llevarlo de gira por otras zonas del Estado, porque los derechos de autor de las canciones son de la Warner. Pero hay gente que me llama para muchas cosas, no solo como actriz, soprano, sino también como cantante de jazz", dice satisfecha.

A la soprano vasca Miren de Miguel le bullen muchos proyectos en la cabeza y trabajo no le falta a pesar de la crisis. Además de reconocimientos diversos a su carrera artística, la soprano ha conseguido una beca del Gobierno vasco por un guion para una obra de género. "Me hizo mucha ilusión porque el texto teatral estaba muy bien remunerado. Será una obra para teatro de género que se titulará Quédate mis tetas y devuélveme mi dignidad".

Pecados capitales

En el guion distinguido por el Ejecutivo vasco, Miren de Miguel ha desarrollado su idea: son siete prototipos de hombres que en la vida de una chica infringen los siete pecados capitales con ella. "Me fui a mirar a Google los siete pecados capitales y vi que todos eran femeninos. Esto me animó un poco más. Sin dar un punto de vista derrotista quería manifestarme como una mujer contemporánea a la que acaban de echar del trabajo y empieza a ver todas las relaciones que mantiene con los hombres tienen mucho de envasé. Es decir, desde el punto de vista de lo que se espera de ella. Lo que tu hermano, padre... esperan de ti... Y empieza a ver qué pierde, qué gana, y esa noche termina poniendo a cada hombre en su sitio, incluso a su madre que también ha infringido sobre ella uno de los pecados capitales", dice.

Cada hombre tiene un pecado capital que ha infringido sobre ella. Y ella decide liberarse de todos ellos y también de algunas porque ya está bien que eso persista también entre las féminas. "Qué mona vas, tú vete bien puesta... el discurso ese que defiende que a algunas mujeres les pegan por algo?. Cosas que nos decimos entre nosotras que son las que más daño hacen", añade molesta esta artista.

Voz y cuerpo

Si te tienes que definir, ¿qué serías, soprano o actriz? "En realidad soy intérprete con voz y cuerpo. He cantado y estudiado mucha ópera, pero la gente que me ha visto hacer cabaret dice que soy actriz. El otro día vinieron de una TV a hacerme un reportaje. Cuando estaba haciendo la entrevista me decían: seguro que tú eres mejor actriz y cantante. Pero creo que soy soprano o interprete. Estoy bien también interpretando, porque la voz impostada, más aguda o menos, es nuestra forma de expresión", añade con satisfacción, trasluciendo la pasión por su trabajo, pues considera que en tiempos de crisis como los actuales, hay que seguir luchando por lo que se cree al cien por cien.

Es lo que hace y no le va mal. "Ahora, tras recibir la ayuda del Instituto Etxepare y del Gobierno vasco creo que podré realizar mejor mis proyectos". ¿Actriz o soprano? Siendo actriz-soprano Miren está feliz.