bilbao. Temas como la ley Sinde, las polémicas sobre descargas ilegales, la situación cultural o la imposición del 21% de IVA en los espectáculos se sobreponen a la promoción de su novela. Es muy crítica con la política cultural del actual titular de su exministerio, aunque dice entender las dificultades a las que se enfrenta. En el tema de piratería es muy concreta, "no se puede pedir que todo sea gratis" y piensa que el tema está mucho peor ahora que cuando ella abandonó el cargo.

¿Tenía esperanza de ganar?

Tenía esa ilusión, si no, no te presentas, pero sabía que era difícil, se presenta mucha gente y muy buena. La verdad es que estoy encantada de ser la finalista de 2013. Muy contenta porque escribir un libro es mucho esfuerzo y te recompensa este reconocimiento.

No me negará que el ser una exministra de Cultura le da cierto plus de marketing a la promoción del libro.

Sí, no te lo niego. Pero también es un arma de doble filo porque parece que haber pasado por la política desactiva o borra el que tú en realidad toda tu vida te dedicaste a la creación. Siempre me había dedicado a escribir, no es que de pronto escribo una novela sin tener ninguna preparación o experiencia previa. Me sorprende que sorprenda, son muchos los compañeros del cine que en los últimos años han escrito libros?

Ya, pero no han sido ministros.

Eso también es verdad. Llevo más tiempo escribiendo que el que estuve como ministra.

Es imposible no hablar de su paso por la política, ¿cogería la goma de borrar?

Para nada, en la vida uno se arrepiente de lo que ha hecho, no de lo que no ha hecho. Es una etapa que en lo personal te transforma, es un trabajo muy especial.

Dijo que había salido magullada de esta experiencia.

Sí, pero es algo de lo que no te arrepientes. ¿Si lo manejaría de otra forma ahora? Posiblemente, sí.

A usted la machacaron por intentar frenar las descargas gratuitas.

Y qué lo digas. No se puede pretender que las cosas sean gratis, que no cueste nada la música, los libros o el cine.

Intentó frenar la situación con una ley que lleva su nombre, Sinde. ¿Cómo ve la situación ahora que está alejada del Ministerio de Cultura?

La veo igual o peor que antes. No se ha conseguido frenar nada, por eso digo que está peor, el tiempo pasa y sigue habiendo infinitas descargas que no son legales.

Entre los nuevos planteamientos para acotar esta situación está el de penalizar al usuario que se descargue ilegalmente un producto musical, literario o cinematográfico.

Esa nunca fue una opción mía ni del gobierno del que yo formaba parte. Esas páginas pueden ser negocios muy lucrativos, se vio cuando detuvieron a ese señor alemán que vive en Nueva Zelanda (Kim Dotcom Schmitz, propietario de Megaupload) y como él hay otros. No son grandes demócratas que están compartiendo la cultura con los grandes desfavorecidos, tienen un negocio paralelo, un mercado negro, una economía sumergida. Ellos no tributan, ni dan altas en la Seguridad Social, ni nada? Estos casos nada tienen que ver con los usuarios. Nunca pensé que había que penalizar al usuario de descargas ilegales.

Frenar la piratería parece una empresa difícil.

Es más difícil de lo que parece. Hay que concienciar al ciudadano de que lo que se está descargando es el trabajo de la gente y hay que penalizar a los que con esas páginas se lucran.

¿Qué sector es el más afectado por la piratería, el musical, el literario o el cinematográfico?

La música está ya devastada por la piratería?

¿Quizás no se tomaron medidas suficientes por parte de las empresas discográficas?

No reaccionaron lo suficientemente rápido y luego el hábito de descargas se había extendido mucho entre los consumidores de música; además se extendió con tanta ferocidad y militancia que, como te decía, el sector ha quedado totalmente devastado.

La ley Sinde entró en vigor con su sucesor, algo que salta a la vista es que no funciona, ¿cómo se puede solucionar?

Con un acuerdo de las partes implicadas, se deberían respetar los derechos de todos. Esas partes son las empresas de telecomunicaciones, los que permiten que circulen por los canales estos contenidos, los que fabrican los productos: industria musical, editoriales o audiovisuales. También habría que buscar un acuerdo con los fabricantes de los dispositivos.

Supongo que no se ha descargado nada ilegalmente...

La verdad es que nunca, no tengo ese hábito, ni esa costumbre, ni me valdría la pena en absoluto. Los libros para los dispositivos electrónicos tienen un precio muy bueno.

El mundo de la cultura vive sus horas más bajas?

Pues hoy (ayer) he leído en vuestro periódico que la Diputación de Bizkaia ha incrementado el presupuesto para Cultura, eso es una gran noticia, es un momento en el que no se puede abandonar a las instituciones culturales.

Hablemos del 21% de IVA.

Es una medida incomprensible, no aporta más ingresos, baja la cantidad de ventas de una manera espectacular. Es un extraño castigo para la cultura. Es una medida recaudatoria extrema que pone en evidencia el concepto que tiene una determinada clase social dirigente muy conservadora de la cultura, que la cultura para ellos es un ornamento.