Bilbao

EL Bellas Artes de Bilbao prestó en 2009 a Sevilla el lienzo Santa Isabel de Turingia, de Zurbarán, con motivo de la exposición El Joven Murillo, coproducida por la pinacoteca bilbaina y el Bellas Artes hispalense, que posteriormente también viajó a la capital vizcaina.

Pero la santa hospitalaria, vestida con tafetanes y bordados, tal como la pintó Zurbarán, ha regresado a Sevilla para ser vestida por los diseñadores Victorio y Lucchino. Junto a ella ha viajado también hasta la capital hispalense otro de los lienzos del pintor extremeño, perteneciente a la colección de la pinacoteca bilbaina, Santa Catalina de Alejandría. En esta ocasión, ha sido la creadora Ana Locking quien se ha encargado de diseñar un elegante vestido barroco de fiesta para esta mártir que fue decapitada tras martirizarla con una rueda.

Los dos lienzos forman parte de la nómina de las 17 santas vírgenes de Francisco de Zurbarán (Fuente de Cantos, Badajoz 1598-Madrid, 1664), que se presentan en el marco de una peculiar exposición en el Espacio Santa Clara de Sevilla, que entabla un interesante diálogo entre arte y moda. Además de Bilbao y Sevilla, los cuadros han llegado desde la National Gallery de Londres, el Museo del Prado, el Musei di Strada Nuova de Génova, los museos Thyssen de Madrid y Málaga y la colección Masaveu de Oviedo.

Organizada por la delegación de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, con el patrocinio del BBVA, se trata de la primera vez que se reúne la obra pictórica de las Santas Vírgenes de este pintor contemporáneo y amigo de Velázquez, considerado el máximo representante del Naturalismo tenebrista en el Barroco español. Existe un contrato que el pintor firmó para realizar una serie de 24 santas para el Convento de la Encarnación de Lima, pero ninguna de las series se conserva entera y no se sabe si los otros conjuntos que pintó eran tan extensos, según ha explicado el comisario de la muestra, Benito Navarrate.

maridaje Pero Zurbarán no solo destacó por sus creaciones pictóricas, las cuales revelan un profundo misticismo. El pintor de Fuente de Cantos demostró en esta serie que fue un gran admirador y seguidor de la moda. Zurbarán asistía habitualmente a los autos sacramentales que se representaban en Sevilla con el objetivo de buscar inspiración para las vestimentas de las santas vírgenes. Según ha explicado el diseñador Elio Berhanyer, los trajes que llevan las santas en sus cuadros no existieron nunca. Se los inventó en su estudio sevillano con telas que hizo traer de Venecia porque en España, en el siglo XVII, no se producían esas sedas tan maravillosas, por lo que lejos de retratarlas como mártires aparecen vestidas con majestuosos ropajes.

Cada diseñador participante es fiel a su estilo y se ha basado para su creación en la imagen de una santa. Así, Elio Berhanyer se inspira en Santa Isabel de Portugal y en Santa Casilda; Francis Montesinos, en Santa Margarita; Pedro Moreno, en dos ángeles turiferarios; Roberto Torreta, en Santa Marina; Hannibal Laguna, en Santa Apolonia; Ágatha Ruiz de la Prada, en Santa Águeda; Modesto Lomba, en Santa Úrsula; Ana Locking, en Santa Catalina; Victorio y Lucchino, en Santa Isabel de Portugal; Ángel Schlesser, en Santa Catalina y Juan Duyos, en Santa Eufemia. Entre estos diseñadores hay que añadir el nombre de Balenciaga, que en 1961 realizó un modelo inspirado en el cuadro Santa Casilda, en el que el modisto vasco consiguió recrear los volúmenes zurbaranescos, y que el museo de Getaria ha cedido específicamente para esta muestra. Este perfecto maridaje entre arte y moda, que lleva por título Santas de Zurbarán: Devoción y Persuasión, y que se mostró en enero en el Museo del Traje de Madrid, se puede ver en Sevilla hasta el 20 de julio.