Donostia. En la última de sus cuatro visitas al Zinemaldia, cuando presentó World Trade Center en 2006, Oliver Stone confesó estar "agotado" pero en un "momento clave": "Me gustaría hacer algo positivo, emocionante. No puedo cambiar el mundo porque la plataforma es muy limitada, pero puedo contribuir con mis conocimientos y tratar de que estos se elevan para, dentro de 20 años, volver a Donostia".

El cineasta estadounidense regresará antes de lo previsto a la capital guipuzcoana, concretamente en menos de un mes, y su retorno será por todo lo grande. Según informó ayer el certamen a través de un comunicado, Oliver Stone (New York, 1946) obtendrá el Premio Donostia 60 Aniversario a toda su carrera, un galardón de carácter especial -el Premio Donostia se entrega siempre a actores y actrices- igual que el que Francis Ford Coppola recibió cuando el Festival cumplió medio siglo de vida en 2002.

El próximo 23 de septiembre, solo dos días después de la inauguración del Zinemaldia, el Victoria Eugenia acogerá el pase de la última película de Stone, Salvajes (Savages), que cuenta la historia de tres amigos enfrentados a un cártel mexicano. La proyección tendrá jugosos beneficios colaterales, ya que junto al director viajarán también los dos protagonistas del filme, John Travolta y Benicio del Toro, que suman sus nombres al sorprendente listado de estrellas que este año deslumbrarán la ciudad. Basta citar solo a algunos de ellas como Susan Sarandon, Richard Gere, Ben Affleck, John Goodman o Penélope Cruz... Cabe esperar, además, que en los próximos días se anuncie el nombre del personaje que recibirá el Premio Donostia ordinario de una edición que promete glamour a raudales.

UN cineasta De SU TIEMPO Como recordó la organización, Stone es "uno de los cineastas más emblemáticos del moderno cine americano gracias a su tratamiento de candentes temas sociales y políticos y su poderoso estilo visual". Sus inicios en el cine fueron en calidad de guionista de títulos tan célebres como Midnight Express (El expreso de medianoche, 1978), el filme de Alan Parker que le valió su primer Oscar, o Conan The Barbarian (Conan el bárbaro, 1982) y Scarface (El precio del poder, 1983), de John Milius y Brian de Palma respectivamente.

Aunque como director ha sido valorado muy desigualmente, su filmografía cuenta con media docena de títulos interesantes cuando no notables. Se considera que su debut tras la cámara es The Hand (La mano, 1981), un bizarro título de terror de serie B en el que Michael Caine interpretaba a un dibujante de cómics que pierde la mano en un accidente y se ve envuelto en sucesos extraños. Su siguiente película, el drama político Salvador (1986), la protagonizó James Woods en el papel de reportero de guerra en Centroamérica. Si aquella cinta ayudó a definir el "estilo" y los "intereses" de Stone como director, fue Platoon (1986) la que le procuró fama internacional gracias a su duro retrato de la guerra de Vietnam, en la que él participó como soldado. Después se acercaría de nuevo al mismo conflicto en Born on the Fourth of July (Nacido el 4 de julio, 1989) y Heaven & Earth (El cielo y la tierra, 1993). Por las dos primeras entregas de su trilogía vietnamita obtuvo el Oscar al Mejor director.

En su filmografía destacan también Wall Street (1987), "una ácida visión del mundo de los grandes negocios" que protagonizó Michael Douglas en uno de los mejores papeles de su carrera, así como un buen número de filmes en los que Oliver Stone "ha trazado un profundo e impactante retrato de la América moderna". El actor Val Kilmer se reencarnó en Jim Morrison para interpretar el biopic del grupo The Doors (1991) y Kevin Costner hizo lo propio con el fiscal Jim Garrison, personaje que guía la acción del que, quizá, es el trabajo de Stone mejor valorado por la crítica: JFK (JFK: Caso abierto, 1991), una apabullante reconstrucción del asesinato de John F. Kennedy que abundaba en diferentes teorías de la conspiración.

Más tarde dibujó el retrato de otro presidente estadounidense, Nixon (1995) protagonizado por Anthony Hopkins, y entregó uno de sus largometrajes más polémicos, Natural Born Killers (Asesinos natos, 1994), una visión de la violencia en la sociedad americana, también reflejada en U-Turn (Giro al infierno, 1997). Abordó la corrupción del deporte en Any Given Sunday (Un domingo cualquiera, 1999) y el atentado de las Torres Gemelas en World Trade Center (2006). En dos ocasiones se ha aproximado, no sin despertar polémica, especialmente con su país de origen, a la figura de Fidel Castro -en Comandante (2003), Looking for Fidel (2004) y Castro in Winter (2012)-, y ha ridiculizado a George W. Bush en la película W (2008). Su última obra hasta la fecha es Wall Street: Money Never Sleeps (Wall Street 2: el dinero nunca duerme, 2010), secuela de su filme de 1987.

Su ÚLTIMA PELÍCULA Salvajes, que será estrenada en el Estado el 28 de septiembre, es un "trepidante thriller" basado en el best seller homónimo de Don Winslow, autor de la celebrada novela El poder del perro. Stone, firme defensor de la legalización de la marihuana, narra la historia de Ben (Aaron Taylor Johnson), un budista pacífico y caritativo, y su mejor amigo Chon (Taylor Kitsch), exmiembro de las fuerzas especiales de la Marina estadounidense y ex mercenario. Ambos compaginan su amor único por la bella Ophelia (Blake Lively) con un lucrativo negocio casero: plantar y vender una de las mejores marías de la historia. Llevan una vida idílica en un pueblecito del sur de California hasta que en él se instala un cártel mexicano de Baja California y exige que el trío se asocie con ellos. Pero la despiadada jefa del cártel (Salma Hayek) y su brutal matón Lado (Benicio Del Toro) no toman en cuenta la fuerza del vínculo que une a los tres amigos. Con la ayuda que les proporciona a regañadientes un escurridizo y nada limpio agente de la DEA (John Travolta), deciden librar una guerra imposible contra el cártel en una espiral de maniobras y estratagemas cada vez más salvajes.