GASTEIZ. Cinco décadas diferentes han visto girar de escenario en escenario a Status Quo. Una de las bandas icono del rock and roll que permanece con su esencia inalterable, tal y como demostrará en la actuación que ofrecerán hoy en Gasteiz, cargada de hits.
¿Conoce algo sobre Gasteiz?
He oído hablar mucho cuando he ido a España. Dicen que es un lugar muy verde y muy limpio.
Este año es Capital Verde Europea...
Eso no lo sabía pero he oído hablar sobre lo bonita, limpia y verde que es y me apetece mucho conocerla. Me gusta mucho la parte norte de España, con ciudades como Oviedo que es preciosa. Además, la comida es maravillosa. Los ingleses lo hervimos todo (risas).
Conocía su afición por la cocina en general...
Hay muchos sitios en el mundo pero pocos en los que se cocine como allí. Para los ingleses es particularmente atractivo. De hecho, he comido pasta hoy… Comienzo a tener hambre… ¿podemos cambiar de tema? (risas).
Sí, debería hacerle alguna que otra pregunta sobre música. Podríamos estar horas hablando de comida pero…
La música es ahhh y la comida es mmmmmh.
Dos placeres diferentes pero placeres.
Y duran más que el sexo (risas).
Es una pena que no puedan tenerse los tres a la vez.
Sexo rápido, una buena comida y buena música. Tres minutos de música, dos de sexo y dos o tres horas comiendo (risas).
En su último trabajo, 'Quid pro quo', existen temas con preponderancia de vigorosos riffs, otros más enérgicos, canciones más suaves… Pero puede apreciarse el espíritu clásico de Status Quo, aunque mucha gente no conocerá los primeros discos de la banda, cuando hacían más baladas y eran menos eléctricos. Han llevado la progresión inversa a la de cualquier músico.
Creo que nos hemos suavizado con la edad, particularmente, en los 90. Cuando te haces mayor es difícil pero las cosas cambian, y cualquier banda de más de diez o doce años probablemente crea encontrarse en la época equivocada y lo que intentamos, todos lo hacen, es seguir las nuevas tendencias, lo que creo que es un error para una banda veterana. Mi única crítica a Quid pro quo es que trata de ser un disco de AC/DC. Muchas canciones tienen el mismo tempo. No obstante, es mi única crítica. Tiene mucha energía y unas canciones bastantes buenas. Es lo único que buscamos.
He leído que Status Quo es la "antítesis del experimentalismo y lo alternativo en la música". ¿Lo cree?
Teníamos discos en nuestra primera etapa, como Ma Kelly's Greasy Spoon, Dog of two heads o Piledriver, con muchas canciones repletas de largos e interesantes arreglos pero las cosas eran diferentes. El público estaba fumando porros y estaba concentrado. El mismo mundo se ha vuelto mucho más intenso y demanda canciones de tres minutos para llegar antes al punto requerido. El capitalismo se ha metido en todo. Está bien que la gente diga que quiere baladas pero si no tienes el dinero para hacerlo no hay ninguna jodida música. Y, normalmente, cualquier banda llega a darse cuenta de que debe hacer música para complacer a sus fans pero también para vender porque si no lo haces estás muerto. Yo trato de sobrevivir. Físicamente y con mi banda. Probablemente muchas de mis decisiones han sido malas pero otras muchas han sido buenas. Ahora estamos haciendo una película, puede ser la peor cosa que hayamos hecho… Mucha gente presume de tener integridad o eso es lo que dice. Pero por no hacer esto o lo otro dejan a sus bandas morir. Todavía estoy en activo como si tuviera veinte años y tengo 63. Podrías pensar que estoy apático en lo que respecta al grupo pero no es así. Pienso constantemente en el próximo concierto, el próximo proyecto…
Son nada más y nada menos que cincuenta años en activo.
Es muy difícil poder decir eso.
Hablemos sobre su actuación en el Azkena.
Tocaremos Carolina, Rocking all over the world, In the army, haremos medleys con unas cuantas canciones de Quid pro quo, etcétera. En la mayoría de los conciertos hay gente de todo tipo, no sólo fans acérrimos y esto es lo que quieren escuchar, las canciones que conocen. Si fuéramos a Vitoria y tocáramos otro tipo de canciones, la mayoría del público no recordaría el show. Se iría de allí con la sensación de no haber conocido apenas ningún tema. Muchas bandas lo hacen, cuando llegan a cierta edad y tiene repertorio suficiente, pero para mí es como dispararte en el pie.
¿Se consideran una banda más de directos que de estudio?
Sí. Nos hemos hecho mejores haciendo discos. Aunque quizá sea más fácil encontrar la energía necesaria en directo, intentamos que se refleje en el disco, si no es aburrido. En estudio y en directo. Quizás el último, Quid pro quo, sea el más enérgico que hayamos hecho nunca, lo que es una contradicción. Pero siempre tratas de hacer un disco mejor que el anterior, tienes que ponerte la zanahoria delante pero sin llegar a atraparla.
Ha tocado frente a audiencias descomunales como en el concierto organizado por Bob Geldoff, Live AIDS. Creo que aquella actuación es un hito en la historia de la música en Inglaterra.
Fue el concierto más multitudinario hecho nunca. Creo que lo vieron dos billones de personas en todo el mundo. En el estadio habría 80.000 personas. Todo el mundo en Wembley sentía que estaba colaborando, así que el ambiente fue fantástico, creo que será difícil repetir algo así.
Imagino que habrá tocado ante audiencias aún mayores.
Una vez en Berlín tocamos junto a los Beach Boys, Charles Aznavour… Había 350.000 personas. Fue increíble pero extraño. Llega a ser anónimo porque no puedes sentir a toda esa gente. 5.000 personas, 6.000,... es maravilloso. Con 10.000 ya empiezas a notar cierta distancia. No puedes mirar a la gente a los ojos, no hay comunicación.
Tras 130 millones de discos vendidos, ¿cómo mantiene uno los pies en el suelo?
Cuando era joven, sobre todo con 20 años, no lo llevaba bien. Pero siempre digo que si has vendido 45.000 discos en América significa que doscientos y pico millones de personas, en América, no han comprado el álbum. Puedes sentirte muy importante, pero no vendes tanto como se venden las salchichas, la tortilla o la baguette. Todas esas cosas venden más que los discos de cualquiera. Puede haber cuatro o cinco millones en el mundo a los que les gusta Status Quo, el resto no sabe quién eres. Creo que eso te mantiene en el suelo.