BILBAO. La profesora de piano Tatiana Cervinschi ayuda a sus alumnos a encontrar la "imagen sonora perfecta" en el momento adecuado de cada obra que interpretan. Por ejemplo, cuando estudian la obra El barco, del compositor francés Claude Debussy, suele recurrir a una parte concreta de esta pieza: "Hay un momento en que imagino a delfines saltando, entonces les digo a mis alumnos: mirad, ahí está el barco, y junto a él los delfines". Así es como sus pupilos ven la música. "Este tipo de imágenes se quedan impregnadas en su mente con mayor eficacia que si solo les dices sol, fa, mi... notas y notas, sin ningún valor artístico", asevera la profesora y cofundadora del Centro de Música, Artes Escénicas y Visuales Artebi de Bilbao.

Desde hace algo más de una década, los jóvenes Maialen Etxarri y Sergio García -de 17 y 18 años, respectivamente-, reciben clases de piano en Artebi. Su formación musical no pertenece a la enseñanza reglada, de modo que estudian "por libre" e intentan compaginar sus estudios y el resto de tareas y compromisos con las clases de piano. Un esfuerzo que ha sido recientemente recompensado con el primer premio ex aequo en la modalidad Música de Cámara del VI Concurso Jóvenes Músicos de Euskadi, celebrado en Gasteiz el pasado fin de semana y que organiza el Gobierno vasco en colaboración con los conservatorios Jesús Guridi de Gasteiz, Francisco Escudero de Donostia y Juan Crisóstomo Arriaga de Bilbao.

Comparten el mérito con el trío alavés Ruiz de Gordejuela. "Hemos ido para ganar, pero no nos lo hemos tomado como una competición entre músicos, sino que buscábamos el logro personal", comenta Sergio, bajo la atenta mirada de su maestra. "Nuestro principal objetivo era conseguir la tranquilidad que da la sensación del trabajo bien hecho", conviene su compañera Maialen.

Consciente de que para ganar "hay que arriesgar", Cervinschi preparó "un recital profesional" para el certamen. Durante media hora, los jóvenes músicos interpretaron de memoria diez obras de los estilos más variados, "desde la Danza húngara de Brahms al impresionismo de Debussy", detalla la profesora. "Al jurado no le ha quedado otro remedio que decirles chapeau", añade satisfecha. No es la primera vez que Sergio y Maialen se alzan ganadores, ya que hace tres años obtuvieron el primer premio en la misma modalidad, aunque en la categoría infantil.

A su juicio, este tipo de concursos "son una especie de exámenes" para el alumnado de la enseñanza no reglada, pues presenta un reto que sirve para "medirse" con el resto de jóvenes músicos. Cervinschi reconoce que no va a encontrar un dúo como el de Sergio y Maialen "en muchos años". Asegura que ambos músicos están muy compenetrados, poseen caracteres parecidos -"son muy trabajadores, humildes e introvertidos"-, algo que propicia "una sincronización absoluta" y "una perfecta armonía" cuando tocan el piano a cuatro manos. Para alcanzar esa sincronía, Cervinschi prepara a cada alumno de manera individual, "solo cuando cada uno sabe qué tiene que hacer es cuando tocan juntos y comienza la búsqueda de la armonía", explica. Lo habitual es que el alumno reciba una clase semanal de dos horas y media, pero Cervinschi lo considera "insuficiente". Por ello, cuando se acercan conciertos o certámenes, los ensayos se prolongan durante los fines de semana. "Cada concurso exige un plus de atención y esto no es un camino de rosas -admite la profesora-, muchas veces llegan cansados a clase, con sus preocupaciones de la escuela o la universidad... Por eso aprecio su afán de superar las dificultades", destaca de su alumnado. El papel del profesorado también es reseñable, y Cervinschi agradece el apoyo recibido por parte de la directora del Departamento de Música de Artebi, Amaia Gómez y de la profesora Pilar Arana. "Tenemos que tener mucho tacto y mano izquierda. Cualquier actividad requiere de cierta rutina, pero hay que buscar un equilibrio, porque el desgaste es contrario a la creatividad", aclara.

APOSTAR POR LOS JÓVENES Cervinschi imparte clases de piano y música de cámara desde hace 25 años. Cree en la máxima de que el talento es 1% inspiración y 99% transpiración, y es una acérrima defensora del talento joven. "Hoy en día no es necesario estudiar en el extranjero para que te tengan en cuenta en casa, tenemos profesores muy bien preparados", sostiene. "¿Por qué las instituciones no apuestan más por los jóvenes músicos? Muchos tocan como profesionales y están infravalorados", señala vehemente.

Fiel a su metodología creativa y a su disciplina férrea -cuidada vestimenta y nada de uñas pintadas al piano-, Cervinschi prepara ya a sus pupilos para el Concurso Internacional de Piano y Música de Cámara de Donostia. "Maialen y Sergio se encuentran en un momento crucial en su carrera y les animo, al igual que a todos a mis estudiantes, a que se propongan sobrepasar todas las dificultades para disfrutar del mensaje de la música: desde arriba, el paisaje es maravilloso", apunta.