cuando Mozart tenía cuatro años, su padre le enseñó a tocar minuetos y otras piezas en el piano, como si fuese un juego. Referente niño prodigio, este austriaco ya componía pequeñas piezas cuando tenía cinco años.

Han pasado más de doscientos años desde su muerte pero hoy, tras las puertas siempre cerradas que colman los pasillos del Conservatorio de Leioa, se escuchan melodías a cargo de pequeñas promesas de la música: futuros compositores, directores de orquesta, instrumentistas.. Leire Arakistain es un ejemplo. Tiene diez años y este es su cuarto año en el conservatorio estudiando violín. Precisamente, son las melodías de Mozart las que le entusiasman, aunque reconoce que para ser buena, "hay que ensayar y ensayar". "Las personas que tienen tiempo libre deberían apuntarse, porque la música es una forma de no perder el tiempo", dice. "Es una manera de pensar, de adiestrar nuestro pensamiento", justifica Margarita Lorenzo de Reizabal, directora de la Joven Orquesta de Leioa. "Hay muchos estudios que corroboran que la música amuebla la cabeza, es decir, que contribuye a desarrollar aspectos cognitivos muy importantes a edades muy tempranas", apostilla. Sin embargo, no es fácil que se sacrifiquen por esta dedicación. "Teóricamente es una opción personal, no una enseñanza obligatoria. Es una preparación voluntaria. Por ello tendría que ser sencillo que estuviesen enganchados, pero no lo es. Exige mucho sacrificio", explica.

Itziar Vicente e Irene Arrieta empezaron con siete años a estudiar música, el piano y el clarinete, respectivamente, aunque apuntan que muchos empezaron varios años antes que ellas. Ambas estudian ahora bachillerato y señalan las dificultades que entrañan compaginar ambos aprendizajes. "Para ser bueno, debes ensayar durante horas todos los días", añaden. Las dos jóvenes admiten que la música les ha ayudado a ganar capacidad de trabajo y concentración. "Hay materias que son complicadas, como composición, pero esto tiene muchas ventajas", dicen. La directora de la Joven Orquesta de Leioa admite que es consciente de que los alumnos no lo tienen nada fácil al tener que conciliar las horas que han de dedicar a la música con las de la enseñanza obligatoria, "pero tampoco han crecido en el valor de la disciplina y el esfuerzo". "No conocen lo que quiere decir sacrificio para conseguir algo, una meta, un logro. Porque nada es sencillo", concluye.

"Suelen comenzar estos estudios porque les traen sus padres, y una vez que saben lo que tienen entre manos son conscientes que aunque les guste, hace falta mucho sacrificio y talento para salir adelante y la mayoría se queda en el camino", asegura la directora. Muchos lo toman como un complemento a su formación, pero otros anhelan llegar lejos, tener una carrera brillante como Mozart, contratado a los 17 años en la corte de Salzburgo. Comenzar de niño es aconsejable para desarrollar todas las destrezas musculares fisiológicas. "Una gran parte de la destreza instrumental está basada en destrezas que son físicas", dice la directora.

Otros tiempos Con una dilatada carrera como profesora, Margarita Lorenzo de Reizabal afirma que "el mundo de hoy no se parece ni en costumbres, contexto, situación social o intereses al de hace 30 años". "Era más fácil antes", dice, ya que ahora están más "diversificados" los intereses de los estudiantes. "Tienen otra manera de entender la vida que es la de disfrutar lo máximo posible y conseguir las cosas con la mayor inmediatez posible, con el esfuerzo mínimo indispensable", aclara. Para la directora esto antes no sucedía, ya que los objetivos no se lograban de forma tan rápida. Lo que no ha variado es el esfuerzo necesario para destacar. "Todo se puede aprender pero, es cierto que salen adelante más fácilmente aquellos que tienen un talento especial". "Si lo explotan con disciplina pueden sacar mucho partido en el futuro", dice la directora de la Joven Orquesta de Leioa.

sonido e imagen La Euskal Herriko Gazte Orkestra llevó a cabo estas navidades el espectáculo de cine y música inspirado en Luces de ciudad, de Charles Chaplin. "Ha sido muy gratificante, las críticas y el publico nos han ayudado. Repetiremos, aunque no será este año", dice Juan José Ocón, que dirigió esta obra. Con atractivas propuestas de aprendizaje como esta, la EGO recibe cada año más solicitudes de admisión, "entre 170 y 200 jóvenes realizan las pruebas de ingreso", apunta Ocón. Conoce las dificultades de los alumnos para poder compaginar los estudios obligatorios y su dedicación a la música. "Lo bueno que tienen los jóvenes es que han elegido esta carrera, y todo se saca a base de pruebas y audiciones. Por ello, si el día de mañana quieren presentarse a unas oposiciones, lo tendrán más fácil", explica el director. De hecho, según una tesis doctoral realizada en Valencia, el 99% de los alumnos de primaria que son músicos aprueba las asignaturas, y el 37% lo hace con sobresaliente y el 42% con notable. Ocón admite que es complicado poder encontrar un puesto laboral en la música, pero afirma que el 83% de los intérpretes que han pasado por la EGO trabaja en la música. "El nivel es bueno y está subiendo", dice. Un nuevo Mozart está cerca.