Venecia/Bilbao. Tinker, Tailor, Soldier, Spy es el nombre de la película que, protagonizada por el actor británico Gary Oldman, recibió la más calurosa de las ovaciones ayer, en el Festival de Cine de Venecia. La adaptación cinematográfica que el director sueco Thomas Alfredson ha rodado de la novela El topo, de John Le Carré, respira el aroma de las películas de espías de los años 70, que ya no se consigue ver en los cines, y se ha convertido en una de las más claras candidatas al León de Oro del festival italiano.
Acostumbrados a películas del género con ritmo frenético, tecnología punta y litros de sangre, la quinta película de Alfredson consigue enganchar al espectador sacando el máximo partido a la compleja trama. Y junto a un elenco de lujo, entre los que destacan Colin Firth, Tom Hardy, John Hurt, Mark Strong y Benedict Cumberbatch, Gary Oldman firma una actuación que los más proféticos ya señalan como posible ganadora de los Oscar.
Oldman, cuyo nombre en los últimos años se ha asociado a la saga de Harry Potter y al Batman de Chris Nolan (todavía tiene pendiente de estreno The dark knigth rises), da vida, de forma soberbia, a un miembro del servicio secreto, solitario y sagaz, en las antípodas del mítico James Bond. "He interpretado a personajes bastante frenéticos que se expresaban de forma emocional y física. Se agradece la oportunidad de hacer algo diferente", señaló el actor.
Aunque existe una serie de televisión británica de fines de los años 70 en la que Alec Guinness daba vida al protagonista que ahora interpreta Oldman, el director sueco, que tiene una larga trayectoria en televisión, comentó que no suele inspirarse en otras películas cuando hace cine sino, más bien, en cuadros y en música de diverso tipo. Música que, en esta película, recupera la versión de Le mer de Julio Iglesias para el final.
Junto a esta cinta, también se presentaron a concurso en la jornada de ayer la comedia agridulce Dark horse, del director estadounidense Todd Solondz y A simple life (Tao jie, en su versión original), de la china Ann Hui. Solondz pierde la acidez y la amargura de anteriores trabajos para mostrar a un treintañero anclado en la adolescencia (Jordan Gelber) que sigue coleccionando muñequitos y vive todavía con sus padres, mientras que Hui presentó una película basada en hechos reales sobre lo que significa envejecer en Hong Kong.
Por su parte, la película de animación Los cachorros y el código de Marco Polo, una coproducción de España e Italia, recibió ayer el Premio Kineo-Diamanti al Cinema Italiano, en su novena edición en el marco del 68 Festival de Cine de Venecia.