Bilbao. VENDER en tiempos de crisis resulta un tarea ardua y difícil. Y si no, que se lo pregunten a la docena de puestos de merchandising habilitados dentro del Bilbao BBK Live que en general no están teniendo "buenas ventas" transcurrido más del ecuador del festival.
"Este año ha venido mucha gente pero los grupos y el público que atraen no son de comprar tanto merchandising. El público rockero y el metalero son con los que suelen producir más ventas", señala Koldo, responsable del puesto de la bilbaina tienda Bikoitz. Y es que a pesar de la masiva afluencia registrada durante la primera jornada en la que 37.500 personas acudieron a Kobetamendi la venta de camisetas, pins, chapas... no pasa por su mejor momento. "Nosotros llevamos aquí desde la primera edición del festival y mantenemos los mismos precios y podemos decir claramente que antes se vendía más. La crisis económica se está notando mucho", valora. Ante semejante tesitura, Koldo se ha planteado en numerosas ocasiones si le merece la pena acudir al festival. "A veces te planteas no venir. Piensas si realmente merece la pena tener tres días cerrada la tienda o con un sustituto para estar aquí", apunta. Aún así, su "pasión" por los festivales y las ganas de impulsar el negocio le hacen seguir adelante.
estilo rockero Entre el bochornoso calor que ha apretado estos primeros días en las campas de Kobetamendi y la ligereza de prendas que ello conlleva, sorprende el puesto de cazadoras de cuero que regenta Metalicko, nombre de la tienda, por el que es conocido también su dueño. "Nosotros venimos de Alicante y estamos aquí sobre todo para apoyar los festivales porque las ventas no están siendo buenas por la crisis", explica. Para Metalicko su presencia va más allá del negocio. "Nuestra vida es el rock&roll y las cazadoras de cuero. Donde haya música, allí estaremos", sentencia.
En la misma línea de escasez de ventas se muestra Pere, mallorquín que gestiona la tienda Runaway especializada en vinilos, camisetas y chapas. "Estamos vendiendo un poco menos de lo que esperábamos", afirma, al tiempo que considera que "la juventud del público" es un factor decisivo que tiene relación directa con las ventas.
Por otra parte, a pesar del mal inicio, hay quien confía en remontar el vuelo sobre todo en la última jornada del festival. "Esperamos que mañana (por hoy) mejoren las ventas porque la gente suele comprar el último día para regalar o llevarse algo de recuerdo", destaca Carlos Contreras, un lisboeta que recorre durante el año los festivales de España, Francia y Portugal con su tienda Offlimits para vender todo tipo de accesorios. "Este año la localización que nos han puesto (justo a la entrada) también nos está limitando porque el público pasa a la zona de conciertos y no vuelve", critica.
Por último, donde han tomado cartas en el asunto para paliar las deficientes ventas ha sido en el stand de la tienda Txikito donde ya desde el segundo día de festival han apostado por aplicar "ofertas agresivas". "Hemos establecido un precio único de diez euros para todas las camisetas porque la gente viene muy justa de dinero. Entre el elevado precio de las copas y el sistema de cambio de dinero por fichas, que no sirven para comprar merchandising, está todo muy complicado", concluye Marta, gerente de la tienda. No obstante, hay puestos que cerraron ayer la jornada sin vender una sola camiseta en un festival marcado por la crisis.