bilbao. Un viaje periodístico fue el punto de partida que llevó a Carmen Torres Ripa (Barakaldo, 1945) a engancharse a la figura de Hildegard de Bingen. "Fui a Flandes a hacer un reportaje y me encontré con el mundo de los beguinatos, que eran monasterios de mujeres", explica la escritora a la que su curiosidad de periodista la llevó a investigar sobre ese "mundo". "Pregunté qué era eso de los beguinatos, quién los había inventado... Y me dijeron que estaban inspirados en Hildegard de Bingen". Y de ahí, tras cuatro años escribiendo, nació La mujer de las nueve lunas.

En su segunda novela describe a "una mujer rebelde y a un hombre rebelde, tanto en el siglo XII como en el siglo XXI". La protagonista, Hildegard de Bingen, era una monja alemana que además demostró sus dotes como "pintora, escritora, compositora, herborista o vidente".

En el siglo XII, tanto los hombres como las mujeres que se dedicaban a la vida monacal compartían monasterios, pero Hildegard de Bingen se rebeló contra el orden establecido y contra las normas que imponía la Iglesia católica. "Ella pedía monasterios femeninos pero la Iglesia no quería perder el poder de dominar a la mujer", asegura Torres Ripa, que recuerda las pocas opciones de las que disponían las mujeres. "En aquel tiempo, la mujer estaba dando a luz continuamente y si quería ser libre tenía que ir a un convento y aceptar la poca libertad que le permitían allí".

"Sin ninguna duda, se puede considerar a Hildegard de Bingen como la primera feminista de la historia", afirma la escritora. "Ella quería ser libre de verdad y hacer un convento donde no esté todo oscuro, sino que haya luz", apunta Torres Ripa, quien describe las actividades que realizaban en los beguinatos. "Las novicias hacían gimnasia, se lavaban los dientes, se cuidaban, bebían cerveza... A Hildegard le gustaba que las novicias se vistiesen de blanco con coronas para ir a rezar, porque si eran esposas de Dios tenían que ir muy guapas".

nueve siglos después, todo igual Una parte de La mujer de las nueve lunas se desarrolla en el siglo XII, siglo en el que vivió esta revolucionaria de la Iglesia. Pero su "rebeldía" en el libro se ve acompañada por otra, la que mostró en el siglo XXI Samuel Beyhe, un joven sacerdote que se interesa por la historia de Hildegard pero se topa con la jerarquía eclesiástica. "Se introduce poco a poco en el tiempo de Hildegard. Le sirve de meditación pero se vuelve rebelde porque no entiende, entre otras cosas, por qué no puede hacer el amor. Ve que todo sigue igual".

Samuel, durante su investigación, se da cuenta de que nada ha cambiado en estos nueve siglos. "La Iglesia sigue siendo una sociedad hermética. Sigue el mismo poder ahora que en el siglo XII, la misma ambición y el mismo dominio", subraya la escritora que incide en el segundo plano que mantienen las mujeres en esta institución. "En la última visita del Papa las únicas mujeres que han salido han sido monjas limpiando el altar". La escritora se muestra convencida de que a El Vaticano "no le interesa" reconocer la labor de las mujeres.

El problema de la nula evolución de la Iglesia católica, en contraposición con lo que ha ocurrido en la sociedad, se debe, según Carmen Torres Ripa, a "que no le han dejado crecer. Lo que haría falta es que hubiese muchas Hildergard de Bingen".

Puede que sea por "ser mujer", pero tanto en esta como en su primera novela, Leonora, Carmen Torres Ripa ha elegido como protagonista a una fémina. "Reivindico el papel de la mujer como creadora, no solo como inspiración", destaca. Y en este libro los guiños hacia la mujer están presentes, más allá incluso de la presencia de la protagonista y del título mismo de la obra. "El nueve es un número recurrente, muy de mujer. Nueve lunas es un embarazo. La novela la he dividido en nueve lunas, cada capítulo es una luna. En la trama, el nueve tiene mucha importancia", concluye la escritora.