NO queremos un acto triste y póstumo para llorar -aclaró ayer Begoña Morán, programadora de la Biblioteca de Bidebarrieta, momentos antes de comenzar la celebración del Día Mundial de la Poesía, con Xabier Lete como figura central-. Hemos juntado a cuatro amigos suyos, para que lo recuerden desde la amistad y el cariño". Y así transcurrió la tarde en la biblioteca por la que han pasado grandes escritores y grandísimos poetas, como Gabriel Aresti, Bitoriano Gandiaga, Angela Figuera, Gabriel Celaya, Blas de Otero y el propio Xabier Lete, tal y como recordó Iñaki López de Aguileta, director de Cultura del Ayuntamiento de Bilbao.
El pianista Karlos Gimenez, el escritor Joserra Gartzia, el acordeonista Joxan Goikoetxea y el músico Antton Valverde fueron los amigos del gran poeta que quisieron compartir, con la abarrotada audiencia de la biblioteca del Casco Viejo, sus experiencias, anécdotas, aprendizajes, viajes y un larguísimo etcétera, vividas junto con el recientemente fallecido Xabier Lete. Creador indiscutible de gran parte del imaginario colectivo vasco, por medio de sus poemas, canciones y melodías.
Entre amigos Joserra Gartzia hizo las veces de presentador, intercalando comentarios entre las intervenciones de sus compañeros. No obstante, la celebración fue natural, como un encuentro de viejos amigos que se juntaron para recordar lo que Xabier les había dado, más que para llorar su falta. A pesar de que haya ausencias que ocupen más que mil presencias. Antton Valverde, aun habiéndose mostrado con humor a lo largo de la tarde -"así que llevas el texto muy preparado, Karlos. No te preocupes, yo te interrumpo y te molestó", bromeó con el pianista-, reconoció, poco antes del comienzo del acto, que será difícil superar la pérdida de Xabier: "Aún tengo el corazón temblando", se sinceró. "Por supuesto que debemos recordar, de la mejor manera posible, todo lo que hemos vivido con él, pero yo todavía no lo he superado".
Karlos Gimenez quiso subrayar, por sobre todas las facetas de Lete, su humanidad: "Cada una de las experiencias personales que viví con él fueron mucho más importantes que toda la gran música, poesía y arte que creó". Recordó también el tacto y la sensibilidad de Lete, rasgo que dejó grabado en cada uno de sus escritos.
El acto intercaló las opiniones y los recuerdos de sus amistades con grabaciones del propio poeta, canciones en directo de Joxan y Karlos, textos leídos, anécdotas improvisadas, humor, añoranza... pero, sobre todo, cariño.
Gartzia dejó claro que lo que hace inolvidable a Xabier Lete es su totalidad: "Hemos hablado de su cercanía con la gente, de él como poeta, activista, músico, político, orador, amante de los bertsos... pero lo que lo hace enorme, tremendo y, con plena confianza, difícil de llevar, era su globalidad, su complejidad".
Joxan Goikoetxea, músico de Hernani y compañero de Lete en las giras recitales del poeta, durante los últimos seis años, bromeó al decir que el no era el músico de Lete, "sino su chófer". El acordeonista unió el arte y la delicadeza de su soinu junto con las risas que quiso compartir con los allí presentes.
Hablaron de lo que Bilbao significaba para Lete, recuperaron entrevistas grabadas del autor de Izarren hautsa, rieron con las anécdotas de unos y otros y cada uno le dedicó lo mejor que sabe hacer. Como lo hubiese querido Xabier Lete. Y el público lo agradeció.