bilbao. José Ibarrola es un artista multidisciplinar, abierto a cualquier aventura creativa. Una de sus muchas facetas se oculta tras los escenarios de la farándula: ha trabajado como escenógrafo en más de cien obras de teatro.

Supongo que el primer trabajo de un escenógrafo es leerse bien el guión e interiorizarlo.

Sí, y la mente empieza a trabajar. Luego resulta vital el diálogo entre el director y el escenógrafo, que ha de ser fluido. Ahí es donde se sientan las bases de lo que va a ser el escenario. Luego se dibujan los bocetos o planos que más tarde servirán para diseñar el proyecto definitivo. Tras eso se construye la maqueta.

¿El escenógrafo se preocupa también del atrezzo?

Sí, claro. Hablas con el productor para concretar el atrezzo, que es una parte de la escenografía. Se suele terminar de concretar en base a las necesidades del guión, a la funcionalidad, a la estética y al uso decidido a través del proceso de ensayos.

Y por fin llega la fase de construcción y montaje.

Sí, el escenógrafo controla la construcción y el montaje, es una especie de arquitecto.

¿El montaje ha de estar listo para los ensayos o es suficiente con los bocetos?

Lo óptimo sería que los ensayos empezaran con el montaje dispuesto o con gran parte del montaje dispuesto, pero no siempre es así.

¿Cuánto puede durar todo el proceso?

El proceso de trabajo de una escenografía dura varios meses, dependiendo de la envergadura de la obra. Pero digamos que entre dos o tres meses.

¿El escenógrafo se responsabiliza también de la iluminación?

Va aparte, pero el escenógrafo dialoga también con el responsable de iluminación, desde luego.

¿Y dónde acaban los montajes cuando concluye la obra?

Depende. Algunos se guardan, pero las compañías pequeñas los tiran. ¿Dónde los van a guardar?

¿Los grandes teatros cuentan con escenógrafos a tiempo completo o eso es cosa del pasado?

Ya no hay escenógrafos que trabajen a tiempo completo para un teatro. Hay directores artísticos que hacen escenografías para los teatros que dirigen, pero la mayoría de las escenografías son encargos exteriores.

¿Cuál es la mayor dificultad que ha de solventar un escenógrafo?

Conciliar tantos intereses creativos.

El director, el encargado de iluminación, el productor... Supongo que todos opinan. ¿Qué margen de creatividad les queda a ustedes?

Por supuesto que queda margen. Además, ese es uno de los alicientes fundamentales de este trabajo: hay que demostrar creatividad y a la vez ser equipo.