BILBAO. El mundo de la ópera llora la muerte de Wolfganf Wagner, nieto del célebre compositor Richard Wagner y durante largo tiempo director de los Festivales Wagnerianos de Bayreuth, el certamen musical más importante de Alemania. Durante 57 años, de 1951 a 2008, Wagner dirigió ese festival, denominado la Colina Verde. El uno de septiembre de 2008, dos días después de su 89 cumpleaños, delegó su puesto vitalicio en sus hijas y hermanastras entre sí, Eva Wagner-Pasquier, de 64 años, y Katharina Wagner, de 31. El domingo, a los 90 años, moría pacíficamente en su casa de Bayreuth, la misma ciudad en la que cada año vio celebrarse el festival en honor a su abuelo. Directores, artistas y políticos elogiaron ayer su carrera. El pianista argentino-israelí Daniel Barenboim, lo calificó de maestro "ejemplar". "Siempre he admirado la lealtad que tenía y que, siendo director de ópera, mantenía hacia los directores escénicos", dijo. "Wolfgang Wagner intentó ver el mundo con los ojos de su abuelo y no ver a su abuelo como el mundo lo miraba".
Wagner, hijo de Siegfried y Winifred Wagner, nació el 30 de agosto de 1919 en Bayreuth. En 1939 fue herido en la guerra durante la invasión a Polonia. Dispensado en 1940 del ejército, empezó a trabajar en los Festivales y en la ópera Preussiche Staatsoper de Berlín. Después de la Segunda Guerra Mundial empezó a reorganizar el Festival de Bayreuth, que había caído en el mayor de los descréditos por su compromiso con el nacionalsocialismo. Wolfgang ocupó por propia decisión un segundo plano como director, siempre a la sombra de su hermano Wieland. Pero tras la muerte temprana de su hermano en 1966, Wolfgang Wagner se convirtió durante más de 40 años en el responsable en solitario de esa poderosa cita musical, que cada año reúne a más de 60.000 amantes de la música de Wagner.
Durante la "era Wolfgang" hubo más de 1.700 funciones, y a él mismo le correspondieron doce puestas en escena. Él fue quien abrió los Festivales a directores de otros países y ya en 1972 hizo lugar a Götz Friedrich, cuya puesta de Tannhäuser produjo un sonado escándalo en Alemania.