bilbao. El disco se titula Na fonte La Canalina (La fuente de Canalina), lugar en el que, según narra la leyenda, paró un día a tocar un gaitero triste y solo en una época en la que los músicos eran despreciados. Integran el grupo Brandal, además de Carlos Fernández (gaita, flauta travesera y whistle), Michel Crespo (bajo), Oscar Doural (percusión) y Ramón Laborde (guitarra), dos miembros de una misma familia: Tania Pereira (voz y coros) y su padre el cantautor Pedru Pereira, que explica en esta entrevista los motivos que les han llevado a acometer este proyecto.

Usted se ha dedicado toda su vida a la minería, ¿cómo se produjo ese acercamiento a la música?

Trabajé durante casi 25 años y ahora estoy prejubilado. A mí me gustó la música desde siempre, desde pequeño. Con el tiempo fui conociendo a gente como Víctor Manuel o la Trova Cubana (Silvio Rodríguez..), músicos a los que escuchaba y que me han transmitido el amor por la guitarra. Como también me gustaba escribir, comencé a componer canciones. He sido autodidacta.

Publicó su primer disco, "Xedré", en asturiano occidental, ¿por qué?

Vivo en una zona rural de Asturias, en el suroccidente, y aquí hay una forma particular del bable, la suroccidental. A pesar de que estaba muy castellanizado, al conocer ciertos escritores y cantantes en asturiano me di cuenta de que esta variante del bable era muy musical y muy primitiva. Por mediación de las mozas de Xedré, que estaban empezando a recuperar antiguos bailes y antiguos ramos, me empezó a motivar la idea de escribir en esta lengua. En el disco quedó una mezcla un poco chocante y a la vez guapa, porque con esta lengua tan antigua se podían hacer metáforas y escribir cosas muy bonitas.

¿Fue fácil publicarlo?

Yo hacía grabaciones para los amigos y para mí, para entretenerme, porque me gusta la música, pero las mozas se hicieron con la grabación, se empezaron a pasar la voz los unos a los otros y una discográfica que lo consideró interesante me ofreció la posibilidad de editarlo.

¿Qué presencia tiene esta variante de la lengua en la cultura asturiana?

La lengua asturiana está sin oficializar y nosotros estamos por que se haga oficial. Asturias tiene el bable oriental, central y occidental. Nosotros tenemos el occidental y el futuro que tiene nuestra lengua es principalmente el que le demos los hablantes. Hay gente que la habla muy naturalmente, sobre todo la gente de las altas montañas que está un poco aislada. A otros les metieron en la cabeza que era una forma de hablar de paletos y que había que hablar castellano, así que para ellos volver a hablar el asturiano es volver atrás. Y luego está la gente joven que está escribiendo y cantando en asturiano. Creo que ahora estamos viviendo un buen momento en ese sentido.

En su primer disco recurrió a poetas de la zona...

Tenía poemas de Nacio i Rigilón, un escritor estudioso de nuestra cultura y también de Gema Martínez, periodista e investigadora nacida en Xedré.

Además de esas aportaciones, ¿qué temas le inquietaban cuando grabó aquél primer disco?

Mi máxima ilusión era demostrar que con esta lengua tan antigua se puede cantar al mundo de hoy. El disco habla de la soledad, de gente de mi familia que trabajó en la mina, también hay algún tema sobre la propia lengua... Sobre todo transmite sentimientos.

Ahora forma parte del grupo Brandal, en el que participa su hija, ¿le ha transmitido usted el amor por la música?

Sí, pero al final es algo que sale de manera natural porque con otro hijo también lo intenté y fue un fracaso total. (Risas). Cuando oigo a mi hija cantar siento un gran orgullo y alegría, aunque la llevo oyendo desde pequeñina.

¿Cómo se han planteado el repertorio de "Na fonte La Canalina"?

Son 14 temas en los que se mezcla la modernidad y la tradición. Tenemos temas tradicionales que hemos recogido. Algunos son instrumentales, como muñeiras o jotas, y otros cantados, como pasodobles o danzas, y luego tenemos composiciones propias instrumentales que hemos realizado Carlos Fernández y yo, además de un tema en el que ponemos música a un poema de Eva González Quevedo, una poetisa muy afamada del norte de León, en donde se habla de una manera muy parecida al suroccidente asturiano.

¿Cómo han recogido esas canciones tradicionales?

En el suroccidente hay muchos temas musicales que por la causa que sea se mantuvieron bien. Es el último rincón en el que se pueden recoger temas inéditos, dado que el folk en Asturias ha recuperado muchos. La primera función del disco era registrarlos, darlos a conocer porque no estaban grabados por otra gente y son un tanto desconocidos. Por otro lado, demostrar que con el bable occidental se puede hacer una música moderna y muy agradable de escuchar. El último objetivo es tocarla a la gente, llevarla a los escenarios. Allá donde nos llamen habrá que ir a tocar.

¿A qué aluden esas viejas melodías?

Son temas restringidos a ciertas zonas. Tenemos un pasodoble que se llama Oleanda que era muy popular en el concejo limítrofe con Cangas, y otras como una copla en la que la moza se ríe del mozo porque es un poco presumido, o una danza en la que se invita a la gente a bailar... Carlos y yo llevábamos tiempo recogiendo canciones entre la gente mayor, así que ese trabajo estaba más o menos hecho.

¿Cómo se traslada esa música popular a un estudio?

Fue cuestión de ensayos y de darle forma a las canciones. Las tocamos sin mucho virtuosismo, imitando ese toque original y primitivo. Lo más importante es tratarlas con el máximo respeto.