GASTEIZ. Sin casi dar dos pasos por el interior de Artium, el visitante ya se encuentra con Javier Pérez. Le recibe una cúpula invertida formada por miles de lágrimas de vidrio soplado realizada por el artista bilbaíno, al que el museo también le dedicó en su día una exposición para acercar al público su joven pero intensa trayectoria. A partir de ahora, el centro también cuenta con dos nuevas piezas del creador vasco, obras sobre el tiempo y lo humano que permanecerán bajo la custodia de la colección alavesa, por lo menos, durante los cinco próximos años.
En concreto se trata de Mutaciones VII y Tempus Fugit, que desde 2007 se encontraban instaladas en el hall del Parlamento Vasco y que ahora la Cámara ha decidido ceder, con el consentimiento del autor, al museo de la calle Francia de forma temporal. En realidad se trata de una pieza que son dos, ya que el artista bilbaíno funde sendos trabajos de diferentes épocas creativas en un único conjunto para hablar del tiempo y la materia. La pieza de gran formato se alimenta de varios elementos colgantes y sonoros (Tempus Fugit) y de la obra de suelo, en resina (Mutaciones VII), que recuerda a un gran corazón. Los cables que conectan ambos elementos otorgan al todo la sensación de un sistema circulatorio, de un organismo único.
arte como libertad Hace tres años, cuando las obras llegaron a la Cámara, el propio artista mostró su satisfacción por poder ocupar un espacio como el del Parlamento aduciendo que "tanto la política como el arte, en el fondo, lo que buscan es la libertad del ser humano, por lo que hay una vinculación entre la actividad que aquí se desarrolla y la actividad de los artistas; el arte es la forma que yo he encontrado para desarrollar mi libertad".
Una aventura expositiva, eso sí, que de momento se ha terminado sin que ningún responsable de la institución vasca haya dado explicación alguna sobre la decisión de quitar de la sede parlamentaria estas piezas.
Ahora, las creaciones del autor vasco comienzan una nueva andadura en los fondos de Artium, donde pasarán a formar parte de una ya muy amplia colección permanente donde el nombre de Javier Pérez tiene un espacio destacado. Su hueco en el Parlamento queda, que se sepa, vacío de cultura.