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Tras la gala de la entrega de los premios Euskadi de Literatura, que se celebró el pasado 24 de noviembre en la sede de EITB en Bilbao, ha quedado entre algunos de los asistentes una sensación de amarga resaca. Incluso algunas editoriales se han quejado al Departamento de Cultura por "la escasa calidad de un evento de estas características". "Patética", "bochornosa para nuestra cultura y nuestra literatura", han sido algunos de los adjetivos con los que han calificado este acto fuentes consultadas de este periódico del sector cultural.
"No hemos querido montar una bronca pública, pero nos ha parecido que el acto ha empeorado muchísimo con respecto a años anteriores. Durante los primeros veinte minutos, el sonido falló o los premiados no se acercaron demasiado al micrófono. Muchos de los asistentes nos perdimos parte de los discursos. Pero, además, fue aburrido y monótono. Lo peor llegó cuando se leyó un poema de Xabier Lete, ganador con la obra Egunsentiaren esku izoztuak del premio Euskadi de Literatura en euskera. Se notaba que la persona que estaba leyendo no entendía lo que significaba el poema. Era dramático y parecía que estaba leyendo la lista de la compra. Lete es el que mejor lee poemas en este país. Merecía que se hubiera hecho un esfuerzo", asegura el responsable de una editorial vasca a este periódico.
De todos modos, las mismas fuentes explican que puestos en contacto con los responsables de la gala, éstos parecen haber encajado bien las críticas. "Es la primera vez que organizan este acto. Esperaremos a ver qué pasa en las próximas ediciones", aseguran.
Algunas productoras han destacado también la falta de calidad de las imágenes que se proyectaron durante la presentación de los premios. "Y sobre todo, los topicazos. En la pantalla incidían en el lado más rural de Euskadi. Imágenes de caseríos, bosques... Ya está bien. Euskadi es algo más que estas imágenes. Eso sí, cuando tocó el turno de entregar el premio a Luisa Etxenike, premio de literatura en castellano, se tomaron imágenes de Donostia. El entorno se volvió urbano, mientras se escuchó cantar en inglés. La gala de los premios Euskadi de Literatura no deja de ser un acto en el que se entregan unos galardones, pero si a éstos se les quitan las lecturas de los textos, que no fueron demasiado buenas, por no decir horribles, y las imágenes que se proyectaron, que fueron topicazos y mal editadas, ¿qué nos queda? Un poco más de imaginación y profesionalidad, por favor", piden desde una de las productoras.
en los blogs La polémica ha saltado también a algunos blogs. Las críticas han subido de tono en zuzeu.com, en la que escriben diversos colaboradores. "Lete se merecía el premio, pero es una lástima que la gala haya sido tan polémica", aseguran algunos de los internautas. También Álex Oviedo, que ha participado en la organización del evento, recogía en su blog, www.escritoresvascos.com, las críticas a la gala, pero desautorizándolas. Un comentario que ya se ha retirado, pero que ha enfurecido a muchos internautas. "Fue seguramente el de Lete el discurso más emotivo. También el más largo. Saltándose el protocolo de los poco más de dos minutos de discurso que el guión de la gala había establecido (que si hubiera sido en Hollywood le habrían quitado el micrófono o le habrían bajado el sonido, eso sí atenuado por los aplausos), el escritor euskaldun se explayó durante casi quince minutos tanto en euskera como en castellano sobre la necesidad de que en Euskadi no convivan dos comunidades sino una sola, unidas a través de lo que podríamos definir como una conjunción copulativa".
Alex Oviedo continúa: "Alguno de los editores, de esos que sólo publican bajo el beneplácito de las subvenciones (vascas, navarras o españolas, qué mas da), prefirieron incidir en los errores de la gala, que llegaron de definir como bochornosa para nuestra cultura y nuestra literatura. Un editor que no recuerda que aprendió lo que hoy define como su lengua materna en un curso a distancia, dijo que una de las lectoras tenía más errores al leer que Patxi (creo que se refería al lehendakari). Ha olvidado también que su esposa no conoce el idioma de Txillardegi. Qué curioso, porque al salir unos alababan el cambio dado a la rancia gala del pasado año, otros valoraban la brevedad del acto, o las imágenes que precedieron a los autores. Los de más allá reclamaban traducción simultánea del euskera al castellano y menos lenguaje de signos. Pero también los hubo que subrayaron que las imágenes en la pantalla incidían en el lado más rural de esta Euskadi nuestra. Y claro, los más terrenales exclamaron: ¿¡Pero cómo, no hay canapés!?" La crisis señora, es lo que tiene. Y las tres copas de champán que se está pimpando le cuestan al Gobierno una pasta". Los comentarios no han caído bien entre los asistentes. DEIA intentó contactar con algún representante del Departamento de Cultura pero resultó imposible.