EL tradicional cucurucho de patatas fritas, artesanas y recién hechas, es la clave del éxito de Las Fritas. Un producto casero que genera colas en ocasiones a las puertas de su establecimiento en el Casco Viejo desde que abrieron hace cuatro años.
Tres socios emprendedores implantaron en Bilbao este negocio tras una primera incursión en Barcelona y en su expansión han llegado también a Valencia. Los cucuruchos de Las Fritas se han actualizado con los toppings que les han hecho famosos. Es el caso de la salchicha ecológica, los pimientos del país, el chili con carne, el bacon, queso, los huevos de caserío, la txistorra artesana... y lo mismo sucede con las salsas, que pueden acompañar el producto a voluntad.
En este pequeño local centrado en la venta de patatas fritas todo es casero, incluso las salsas, elaboradas por ellos mismos, excepto el ketchup. Véanse la salsa brava, el alioli con receta secreta que tanto gusta, la salsa rosa, la de yogur, la de mayonesa con mostaza o la especial Las Fritas. Y a poder ser, con producto Km 0.
Todo es combinable al gusto y se puede elegir entre tres tamaños -pequeño, mediano y jumbo (cubo)-.
Fieles a su máxima “del campo a la ciudad, con los menos intermediarios”, pelan y cortan ellos mismos la patata fresca, procedente de Araba, siempre que es posible. Nada es congelado. Las elaboran en dos frituras y primero se pochan, las dejan enfriar y les dan el toque final, según la receta original belga, pero mejorada. Y siempre utilizando buen aceite y limpio, según aseguran sus responsables.
Todo ello dirigido a un público joven y a buen número de turistas, a los que conquistan con un precio económico y un horario que mantiene abierto el local todos los días del año y los sábados toda la noche.