Chicago. Dormir, comer y jugar al baloncesto donde lo hizo Michael Jordan. El sueño de muchos será posible cuando hoy salga a subasta a partir de 21 millones de dólares la mansión donde la leyenda vivió en Chicago, ciudad en la que ganó con los Bulls seis anillos de la NBA en los años 90. La cancha con medidas oficiales NBA y el número 23 en la puerta de acceso quizás sean los principales atractivos de la casa para los aficionados al baloncesto. Pero la propiedad de 5.200 metros cuadrados tiene muchos más: nueve habitaciones, 15 cuartos de baño, una biblioteca, piscina, un gimnasio, una bodega, 15 plazas de garaje, una cancha de tenis, un green donde ensayar el putt y 260 árboles para lograr privacidad. El vídeo de la casa de subastas en Youtube ha sido visto más de dos millones de veces en tres semanas. Pocos podrán pujar por ella, pero muchos pueden ver durante ocho minutos el refugio del que posiblemente haya sido el mejor jugador de baloncesto de la historia.
"Mis hijos han crecido y ya no necesito una casa grande en Chicago", dijo Jordan a The Wall Street Journal en octubre, cuando decidió sacar la mansión a subasta tras no poder venderla por los 29 millones que deseaba. "Es momento de buscar un clima más cálido en Florida", afirmó el exjugador de 50 años, dueño del Charlotte Bobcats. Jordan jugó 13 temporadas en los Bulls y en 1991 compró el terreno en el que luego edificó la mansión, situada a 40 kilómetros de Chicago y diseñada a su gusto. El jugador se mudó en 1994 ya con tres anillos de campeón y tras haberse alejado de unas canchas a las que luego regresó. Viviendo en esa casa llegarían tres títulos más. En 2001 hizo construir la cancha de dimensiones oficiales que cuenta con acceso independiente, aparcamiento propio, vestuarios, un área para el público y una sala de video adyacente.