Bilbao

LA temporada de caza desde puestos de aves migratorias va agotando sus mejores fechas y ya, a mediados de noviembre, las esperanzas se van reduciendo en espera de los ansiados vientos del norte o del nordeste que nos traigan los contingentes de malvices que aún debieran de llegar, y donde cabe resaltar la práctica ausencia de zorzales comunes. En estas últimas semanas se han visto muchas más palomas torcaces que zorzales comunes: mientras los bandos de las azuladas se dejaban sobre nuestros cielos, las malvices, muchísimo más numerosas en efectivos, apenas ha deparado un par de días decentes de entrada en las zonas de costa vizcaina más orientales y casi no se ha dejado ver por la zona del Nervión y sus márgenes.

El temporal que tenemos estos días encima y que nos llega con vientos del norte e incluso nordeste permiten todavía soñar a los muchísimos cazadores que, a pesar de todas las dificultades, madrugan día a día para ir a los mil cuatrocientos puestos reglamentados con que cuenta el territorio vizcaino. Ayer ya se vieron unas cuantas malvices y algunos gansos y hoy puede ser un buen día. Cuando se habla de malviz, se trata de la caza más básica y fundamental del cazador de a pie vasco, junto a las caprichosas palomas y las siempre exigentes becadas para las que resulta necesario el perro. Resulta difícil explicar a los jóvenes cazadores que se incorporan que apenas hace cuatro o cinco lustros bastaba casi con salir al monte para capturar media docena de zorzales si se tenía un poco de práctica con la escopeta.

¿Por la noche? Hoy en día llegar a la docena está al alcance de pocos y eso si acompañan las condiciones adecuadas, porque en el último mes han llegado con cuentagotas. Incluso se han visto más alirrojas que comunes, algo que los más veteranos no recuerdan ni en los últimos años de pase flojos. Lo curioso es que la gente que sale a la mar por la noche en botes, o en algunos montes, aseguran oír zorzales volando de noche pero luego, cuando amanece, han desaparecido.

También en ciertos foros internautas algunos afirman que las malvices ya van llegando a sus lugares típicos de invernada, para asombro de los habituales del puesto costero, que no se explican por dónde han pasado. Además, en la península Ibérica, en los últimos años el zorzal ha pasado de ser un pájaro denostado y que no merecía siquiera el precio de un cartucho a convertirse en estrella principal de la temporada de caza.

Mucho ha tenido que ver el declive de la perdiz roja española para que muchas escopetas se vuelvan hacia los "tordos" que antes casi nadie apreciaba. En revistas especializadas del sector se pueden encontrar anuncios que prometen grandes tiradas a zorzal y también algunas fotos de perchas de estos pájaros, casi pornográficas, de malvices abatidas en cantidades inimaginables. La presión sobre este pájaro ha crecido de forma desproporcionada en los últimos años.

Porque de las palomas torcaces, son muchos los que han plegado ya hasta las expectativas. Desde el pasado domingo ya no se realizan conteos en los puestos de Iparralde, así que los palomeros se han quedado sin el "chivato" del otro lado de la frontera. Este 2013 se ha saldado con un total de 1.596.896 palomas entre el 15 de octubre y el 10 de noviembre, casi un millón menos que el año pasado, aunque más que las sumadas en 2011.

Pero los palomeros saben que aún quedan efectivos por cruzar, más cuando llegan comentarios franceses de los muchos miles que quedan al otro lado de la muga. Lo normal sería que con estos vientos del norte cualquier día despejado salgan en tromba sobrevolando Nafarroa y evitando viajar adentrándose por la costa. Ya veremos si estos días de viento norte la malviz común vuelve a ser la protagonista de las jornadas de caza de migradoras y todavía depara buenas jornadas de pase.