PArís. Carla Bruni, la esposa del presidente francés, se quejó ayer en un mensaje dirigido a los medios de las fotografías publicadas de su hija Giulia, tomadas sin su consentimiento, y exigió que se respete el derecho al anonimato que reclama desde que nació. "En nombre de la libertad de prensa, siempre he aceptado sin quejarme la publicación de fotografías robadas o de información, incluso erróneas, sobre mi vida privada, pero no puedo aceptar y nunca aceptaré que se pisotee el derecho de mis hijos a vivir libres y en el anonimato, sea periodo electoral o no", señaló Bruni en su página de internet. Indicó que como es "habitual" algunos medios publican imágenes suyas no autorizadas, pero ahora también lo han hecho con algunas que "dejan entrever la cara de mi hija" y que se tomaron "sin ningún consentimiento de mi parte". Se tiene constancia de que lo ha hecho en particular alguna web belga que no ocultó la cara de la niña desenfocando la imagen como se hace a veces. La primera dama de Francia criticó "cualquier utilización que se haga de la imagen de mis hijos, así como cualquier comunicación de informaciones sobre su intimidad". Por eso pidió a los que las han publicado que "respeten el derecho a la vida privada de mis hijos considerando que no pueden vivir encerrados". Giulia, la hija de Bruni y de Sarkozy, nació en octubre en París. Ya a la salida del hospital, su madre la llevó cubierta por entero para eludir los objetivos de los fotógrafos y los cámaras que estaban apostados en el exterior.