FUE la suya una vida alejada del confort y la complacencia, habida cuenta que Ángel Garma nacido en la Gran Vía el 24 de junio de 1904, ya vivió la emigración de sus padres, Ángel Garma y Setién y Cirilka Zubizarreta, a Buenos Aires. Iban en busca de fortuna y el joven Ángel se vio obligado a vivir temporalmente en casa de sus abuelos. No hallaron El Dorado que buscaban. No en vano, su padre fue asesinado en Buenos Aires teniendo el niño Garma solo cuatro años, por lo que su estancia en casa de los abuelos se prolongó durante toda su infancia y adolescencia. Quién iba a sabeer entonces que Argentina se convertiria en su tierra de promisión.

Realizó Ángel sus estudios de medicina en Madrid, alojado en la Residencia de Estudiantes. Fue alumno interno durante cuatro años en la cátedra de Gregorio Marañón; también frecuentó el servicio de mujeres del manicomio de Cienpozuelos (Madrid), cuyo médico, Miguel Sacristán, era su profesor de psiquiatría.

Por consejo suyo, Garma marchó en 1927 a Alemania para formarse en neurología y psiquiatría. Obtuvo el diploma de Psiquiatra en la Universidad de Tubingen, en 1929. Iba formándose en los conocimientos que le dieron gloria., ahondando en su capacidad para leer la mente humana.

El psiquiatra Iñaki Márquez es biógrafo y documentalista de Ángel Garma y uno de los hombres que mejor conocen su turbulenta y apasionada vida. Es quien confiesa que “Ángel Garma llegó a alcanzar renombre mundial en el movimiento psicoanalítico. Fue figura simbólica de una época y de una creación cultural con una inmensa tarea por él iniciada. Su fecunda simiente dejó huella en esta tierra de la que tuvo que exiliarse en sus más trágicos momentos. Recordar la obra y vida de este pionero, es también el homenaje a su condición de fundador del psicoanálisis en lengua castellana y acercar el conocimiento de este ilustre a la sociedad”, sentencia.

Tuvo insignes profesores como Ramón y Cajal, Ortega y Gasset o Gregorio Marañón. En Madrid hizo amistad con Federico García Lorca, Salvador Dalí, Luis Buñuel, Severo Ochoa,y otros futuros artistas de la Generación del 27 y fue a Alemania a especializarse. Allí obtuvo el diploma de psiquiatra en Tübingen en 1929, donde descubrió la existencia del psicoanálisis. Alemania era en aquel momento el centro más importante de las investigaciones psicoanalíticas. Coincidió con grandes nombres de la historia del psicoanálisis y de la psiquiatría, incluida Anna Freud.

Ya en Madrid en 1931 fue el primer psicoanalista, entrenado como tal, miembro de la International Psychoanalytical Association (IPA). Se integró en el ambiente cultural y científico dominante en los años previos a la guerra civil. Había expresado sus simpatías republicanas y tras el golpe militar, decidió ir primero a Burdeos y después a París donde se vinculó a las actividades del Instituto Psicoanalítico. En Francia las instituciones públicas apartaron la mirada ante los horrores de los militares españoles, reconociendo a Franco en 1937. Garma y el psicoanálisis fueron exiliados de España. El 24 de junio de 1938 llegaba a Buenos Aires.

Este pionero llegó a Buenos Aires con una sólida formación psicoanalítica, y una poderosa personalidad creadora que permitió lograr un movimiento psicoanalítico latinoamericano, uno de los más poderosos del mundo en investigación y conociminetos. Allí tocó la la gloria. Junto con otras personalidades fundaron la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), la primera de Latinoamérica y fue el primer presidente de esa institución.En 1994 su esposa, Betty, esparció sus cenias en El Abra. Ese había sido su último deseo. l