Las luchas de poder en el seno de una familia y su deseo de reflotar su empresa son la trama que teje Galgos a lo largo de su primera temporada. Dirigida por el navarro Félix Viscarret y la catalana Nely Reguera, la nueva serie de Movistar+ cuenta con Adriana Ozores y Luis Bermejo en su reparto, del que también forma parte la gasteiztarra Patricia López de Arnaiz, quien da la bienvenida a 2024, que promete ser también intenso. Nominada al Goya por su papel en 20.000 especies de abejas, de la vizcaina Estibaliz Urresola, repasa su trayectoria en esta entrevista con motivo del estreno de Galgos.
Acaba de estrenarse Galgos en Movistar+, una serie en la que vamos a poder conocer los entresijos del Grupo Galgo, una empresa galletera, que pertenece a la familia Somarriba. ¿Qué es lo que le atrajo de este proyecto para decir sí a su papel de Blanca, la hija mayor?
-Pues mira, así, de primeras, partía de prejuicios. Pensaba en una familia de empresarios y sus luchas de poder y no me atraía nada ese escenario, pero al leer la historia me pareció súper interesante ver cómo lo profesional y lo personal se mezclaba. Cuando me llegaron los guiones disfruté muchísimo de su lectura, con personajes con muchas capas y muchas relaciones cruzadas, todo ello con un fino hilo de ironía. Y, por otro lado, el elenco era increíble y mi personaje era algo muy diferente a todo lo que he hecho hasta ahora.
¿Se ha sumergido en este ambiente, rodeándose de mujeres empresarias, o se ha inspirado en personajes míticos de la ficción para preparar su personaje?
-No, la verdad es que no trabajé con referencias, sino que lo que me sirvió mucho fueron las referencias a nivel estético que tomaron para mi personaje desde el departamento de maquillaje, peluquería y vestuario. El pelo perfecto siempre, liso, con mechas, en moño, con coleta… Y también los trajes que llevaba. Es algo que me colocaba en ese lugar y rápidamente mi cuerpo lo entendía. Además, los directores nos dieron, como pauta, trabajar mucho los vínculos, las emociones, lo humano, independientemente de que fuese en un escenario de riqueza.
Blanca, su personaje, es una mujer ambiciosa, pero también muy trabajadora, que se desvive por el trabajo, hasta el punto incluso de ser adicta al trabajo. ¿Ha conseguido conectar con ella, algo con lo que se siente identificada?
-En este caso no me identifico con su relación con el trabajo, aunque sí me puedo identificar con su necesidad de aprobación. Ella tiene un anhelo constante de ser aprobada por su madre, por ejemplo. De hecho, termina siendo adicta al trabajo porque creo que en el fondo lo que busca es ser reconocida por su madre. Al final, todos necesitamos sentirnos reconocidos. Y, de hecho, en la serie, todos los personajes intentan ser ellos mismos en ese contexto.
Todos los personajes que ha interpretado, como decía, son totalmente diversos, pero es verdad que aunque ha tenido varios roles como madre, todos ellos han estado enfocados desde un punto de vista distinto. En este caso, Blanca pone un poco el contrapunto, porque tiene dos hijos, pero la maternidad no parece ser su prioridad. Sin embargo, este tema está tratado con un toque de humor…
-Sí, es una representación de una maternidad diferente. La maternidad es un tema muy tabú y está muy juzgada. Blanca es una mujer que no tiene esa vocación de crianza, sino que lo que le mueve es el área profesional. Y bueno, intenta justificar eso ante los demás y busca un orden en la constelación familiar con su marido y sus hijos. Y esos momentos de humor para mí fueron muy interesantes de hacer, y más siendo consciente de que no estábamos haciendo una comedia y no tenían que subrayarse.
Este año vuelve a estar nominada gracias al regalo que fue su personaje de Ane, madre de Cocó, en 20.000 especies de abejas, una película con una enorme repercusión internacional y un fuerte compromiso social, que a nivel emocional ha impactado mucho. ¿Le ha cambiado la vida a nivel personal también, más allá de los premios?
-Sí, efectivamente. 20.000 especies de abejas ha sido un rodaje muy especial. Partíamos de un material maravilloso, pues es uno de los guiones más complejos que he tenido entre manos a nivel de personaje, con muchos matices. Todo el trabajo previo de preparación ha sido nuevo para mí, porque hemos trabajado mucho con improvisaciones, generando la memoria de los vínculos entre los personajes. Estibaliz Urresola nos llevó a todas muy preparadas para rodar y luego el rodaje lo disfruté mucho, porque aunque fue muy complejo, porque era como jugar con muchas pelotas a la vez, como hacer malabares, era un reto, y para mí ha supuesto un antes y un después. Y a nivel personal he hecho amigas que me llevo fuera del viaje que ha supuesto la película, de nuestro paso por festivales, por Berlín… Ha sido muy bonito porque se ha formado como una familia.
Estudió Publicidad y Relaciones Públicas y llegó a trabajar unos años en la profesión, pero ¿qué tal lleva lo de hacer la promo de la película o serie del momento y ser el foco de atención, con entrevistas, portadas, estrenos, festivales, premios…?
-Bueno… En mi caso me dedico a esto porque un día empecé a estudiar teatro y me encantó el ejercicio de la interpretación. Con lo que disfruto es con toda la preparación del personaje, pero claro, luego llega otra parte del trabajo que me resulta más desgastador y me cuesta un poco más que es la parte de la promo, sí, por la parte de exposición que conlleva.
"Con lo que disfruto es con toda la preparación del personaje"
Vamos a verle próximamente en Nina, de Andrea Jaurrieta, y en Los destellos, de Pilar Palomero, dos papeles complicados también. ¿Tiene ganas de comedia en próximos proyectos?
-Sí, están pendientes aún de confirmarse las fechas de estreno. Hay momentos en los que me apetece algo ligero y luminoso [sonríe], pero la verdad es que Los destellos, que es lo último que he hecho, me ha dejado súper buena sensación. Entonces, por supuesto que me gustaría hacer comedia, pero bueno, pues cuando llegue un proyecto interesante, veremos… Ahora estoy disfrutando mucho preparando La casa de Bernarda Alba en teatro.
¡No le dejan de salir proyectos!… ¿Qué le pide a 2024?
-He empezado el año muy a tope y no me ha dado tiempo a detenerme… La verdad es que en lo laboral tengo un año muy bonito por delante, con proyectos que me emocionan mucho, o sea que en ese aspecto poco tengo que pedir, así que mi deseo, de verdad, es que mi familia esté bien, que es lo importante.
PERSONAL
Publicidad y Relaciones Públicas. Fue la carrera que estudió Patricia López Arnaiz (Vitoria-Gasteiz, 1981) en la Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea.
Escuela Ortzai. Después, descubrió la interpretación e hizo su debut en 2008 en la obra Maitasunaren Saltsa, a la que siguieron pequeños papeles en teatro y cine.
El guardián invisible (2017). Su papel en la adaptación de la novela de Dolores Redondo al cine, en la que interpretaba a Rosaura, una de las hermanas de la protagonista, supuso un antes y un después. Posteriormente, participó en las secuelas Legado en los huesos (2019) y Ofrenda a la tormenta (2020).
Reconocimientos. La actriz gasteiztarra acumula un buen puñado de premios por sus trabajos en las películas Ane y 20.000 especies de abejas y por la serie Intimidad.