El router es ese aparato que llega a nuestra casa, se le conecta a una linea, nos da acceso internet gracias a una red wifi y ya no se le hace más caso. Hasta que aparece algún problema. Estos principalmente suelen ser que baja la velocidad de conexión o que nos cuesta conectarnos al wifi. Por regla general culpamos a la operadora sin que prestemos atención al que puede ser el causante y que está más cerca, el desatendido router.

Según la empresa de telecomunicaciones Selectra, unas sencillas y simples rutinas nos ayudarán a mantener en buen estado nuestro router y hacer de la navegación una mejor experiencia. Además, es posible también alargar la vida útil del aparato y aumenta la seguridad frente a ataques e intrusiones.

Para evitarlo estos incidentes, tan importante es lo que se hace como lo que se deja de de hacer. Por ello hay una serie de inacciones que hay que evitar y corregir para esquivar los contratiempos. Estos son algunas de los más habituales.

Las antenas del router deben permanecer lo más verticales posible para poder envíar la señal de forma homogénea a toda la vivienda. Freepik

1) No dar importancia a la ubicación del router.

Una de las cosas a las que se debe prestar especial atención desde el principio es dónde se pone el router. Colocarlo en cualquier parte puede afectar directamente a la experiencia de navegación. Por eso, es importante elegir un lugar libre de barreras y, a poder ser, en un sitio alto para que la conexión se distribuya uniformemente por toda la casa.

Además, se debe tener en cuenta que hay algunos objetos que pueden entorpecer el rendimiento si se encuentran cerca del dispositivo, como paredes, microondas, dispositivos inalámbricos o espejos.

2) Descuidar la posición de las antenas del router

Lo ideal es colocar las antenas en posición vertical, de esa manera la señal se distribuirá horizontalmente de forma homogénea y llegará en buenas condiciones a todos los aparatos que necesiten conectarse al wifi.

3) Dejar las actualizaciones del software para otro día

Posponer la instalación de las actualizaciones que vayan desarrollándose supone una dejadez peligrosa ya que puede comprometer la seguridad de la red wifi familiar y de los aparatos conectados. No hay que olvidar que es la puerta de entrada a nuestros dispositivos y los ciberdelicuentes se esfuerzan portraspasarlo para infectar aparatos..

4) No bloquear el acceso a extraños

Si se nota que la velocidad de internet ha bajado, una de las primeras cosa que hay que comprobar es qué dispositivos están conectados y cuáles lo hacen con regularidad. Si hay un desconocido ladrón, bloquearlo para que no vuelva a engancharse. Para acceder a estos datos, basta con entrar en la configuración del router y bloquear esas conexiones para que los usuarios desconocidos.

5) Mantener siempre el aparato encendido

Si dejamos la vivienda por un tiempo más o menos largo, por vacaciones por ejemplo, se puede y debe apagar el router. De entrada, para ahorrarse el gasto eléctrico, y después también porque al no usarse, los malos tienen más tiempo y oportunidades para intentar colarse. A la vuelta puede encenderse con normalidad porque los datos de acceso permanecerán guardaos y se iniciarán automáticamente.

Medidas anticiberataques

También se pueden realizar algunos cambios en el router para protegerlo de un ciberataque. Estos son tres básicos.

1) Cambiar la contraseña inicial

Cuando se firma un contrato con un operador, entregan un router/módem con una contraseña predefinida que suele ser un patrón fácil de identificar en Internet. Por eso, lo aconsejable es cambiar la contraseña por una nueva que incluya mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales, para reforzar la seguridad.

2) No dejar los datos del router en una página web

Poner la contraseña o el nombre del router a disposición de todo el mundo es el primer paso para comprometer la seguridad de este aparato, y por tanto ser más vulnerable a los ciberataques.

3) Cambiar el DNS

Por último, habrá que cambiar las DNS del proveedor de Internet de una de las siguientes formas:

  • Configurando las propiedades de conexión a Internet de cada uno de los dispositivos de la casa;
  • Cambiando las opciones directamente en el router o módem, donde habrá que buscar las DNS en el panel de control e intercambiar los datos del proveedor por una propia dirección.