La urgente necesidad de conseguir ahorrar en el consumo de energía se ha convertido en el primer foco de preocupación y debate social y político. En los últimos meses el paulatino incremento de los precios de los combustibles fósiles ha pasado de ser una cuestión alarmante a un verdadero problema, acrecentado por las tensiones de occidente con Rusia, tras la invasión de Ucrania.

En paulatino incremento de los costes de la energía ha supuesto la paralización de líneas de producción y ERTES en entornos industriales, ante la imposibilidad de muchas factorías de asumir los enormes incrementos en los precios, que alcanzan de media en el mercado eléctrico hasta el 180% con respecto al año pasado, según datos del Operador del Mercado Ibérico (OMIE).

A este complicado escenario se suma la amenaza de una crisis de abastecimiento sin precedentes provocada por la minora del consumo de gas procedente de Rusia, que alerta ya de posibles cortes de suministro el próximo invierno y de la acuciante necesidad de minorar el consumo en todos los ámbitos, especialmente en el industrial, que emplea casi un tercio (31%) de la energía utilizada en España.

Incremento de los precios de los combustibles fósiles Pixabay

No podemos dejar de producir, no es una opción para salvar la crisis energética, hay que mantener la actividad, y en este marco juegan un papel fundamental los avances tecnológicos. La Inteligencia Artificial, la Ciencia de Datos, Internet of Things (IoT), el almacenamiento en nube, etc. son la clave para conseguir una industria más eficiente en todos los sentidos y, por supuesto, más eficiente energéticamente.

Como explican desde LIS Data Solutions, ingeniería tecnológica que basa su actividad en Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial, la compilación, explotación y visualización de los datos que generan las propias factorías, gracias a las nuevas tecnologías disruptivas, es el gran valor de las organizaciones, sean del tipo que sean y se dediquen a la actividad que se dediquen. Con la información extraída se pueden evitar desperdicios de energía y eficientar los procesos para disminuir el gasto en consumos. Es decir, estos sistemas hacen posible alcanzar los objetivos marcados disminuyendo de manera notable el gasto energético. Veámoslo con más detalle.

Ahorro energético Pixabay

La Ciencia de Datos y todos sus procesos asociados posibilitan, por ejemplo, el desarrollo de modelos de predicción de la demanda, que determinan cuanto se necesita producir en función de la estimación de ventas, ajustando de este modo la oferta a los requerimientos del mercado; herramientas de gestión de almacén, que aportan minoras de gasto en luz, sistemas de refrigeración, generación de calor, movimientos intralogísticos, etc.; sistemas de mantenimiento predictivo que eficientan el rendimiento de la maquinaria industrial; torres de control o gemelos digitales que ayudan a optimizar los flujos de trabajo y producción; o el uso de modelos predictivos que permiten conocer la necesidad energética de una determinada industrial y simular distintos escenarios para poner en marcha los más favorables.

Trabajando con variables como las necesidades de producción, el consumo requerido, el precio de la energía y la meteorología, apuntan desde LIS Data Solutions, es posible conseguir un ahorro energético de hasta el 15%, una cuantía importantísima en el mercado actual con precios de gas, luz y petróleo disparados, y sin visos de estabilización.

Es decir, la explotación de los datos que genera cualquier tipo de organización y su tratamiento con Inteligencia Artificial y su tecnología derivada (Machine Learning, Deep Learning, Visión Artificial…) optimiza los procesos productivos, y muestra una detallada radiografía parcial o global que simplifica y mejora la toma de decisiones, de cara a eficientar las operativas industriales.

Industria 4.0 Pixabay

No podemos controlar la evolución de los precios de la energía, pero si reducir su consumo y aprovechar cada céntimo que se invierte en ella, conociendo las demandas energéticas de una determinada empresa y la evolución del mercado de los combustibles para planificar de forma eficiente la actividad empresarial, consiguiendo aumentar los ratios de productividad mientras se reducen los costes. O dicho de manera más coloquial, las nuevas tecnologías disruptivas y el avance hacia la industria 4.0 nos permite obtener más con menos, y no es una afirmación banal, puesto que la supervivencia de muchas empresas puede depender de ese plus de eficiencia que aporta la inteligencia de negocio.