Cuando hablamos de Inteligencia Artificial (IA), en lugar de pensar en los beneficios y en tratar de entender lo que realmente es, siempre me sacan en la conversación a Terminator y como Skynet se trata de apoderar del mundo. Como serie cinematográfica he de decir que me gusta y la disfruto, pero como evidencia tecnológica esta bastante alejada de la realidad actual y seguramente de la futura. Este posible miedo a la Inteligencia Artificial hace que enseguida se vea lo negativo y que se esté proponiendo una regulación sobre su titulización y uso. La Unión Europea lleva tiempo trabajando en una regulación en esta materia y se ha filtrado un borrador avanzado, por lo que puede ser el momento de entender qué se regula y por qué se hace. En principio no soy muy partidario del exceso de regulación, pero en Europa han indicado que “quieren establecer un marco legal que permita la innovación y que, al mismo tiempo, garantice la seguridad y proteja los derechos humanos”.

La Inteligencia Artificial está en muchas más aplicaciones y sitios de los que crees y ayuda de verdad en la toma de decisiones, en temas de salud, de formación o en descubrir, por ejemplo, las nuevas vacunas. Si quieres hacer la declaración de la renta y no sabes cómo, lo normal es buscar un asesor o algún experto que te pueda ayudar. Los sistemas de Inteligencia Artificial funcionan igual que esos expertos. A partir de datos, estos sistemas van aprendiendo a resolver las declaraciones y poco a poco llegan a un nivel en el que son capaces de almacenar todas las posibilidades, combinaciones y respuestas, algo que un humano no puede llegar a hacer. Un sitio donde se llevan usando desde hace años es en la Bolsa. La toma de decisiones de compra o venta la realiza en el 90% de los casos un algoritmo que ha sido entrenado a lo largo de los años y que deja pocas opciones a los corredores de Bolsa que ven como el sistema es el que toma decisiones por ellos. Está claro que en el último momento nosotros tenemos el control y podemos modificar sus decisiones o cambiarlas. El problema en ese mercado es que si todos los sistemas acaban aprendiendo y tomando las mismas decisiones, la realidad de la Bolsa no tiene nada que ver con el verdadero estado económico de las empresas que ofertan sus títulos.

Para mí, la regulación debería estar centrada en que no se haga uso de la Inteligencia Artificial para manipular a los consumidores o beneficiar a unos pocos en detrimento de muchos. Ahora mismo la decisión de la concesión de un crédito no está en manos del director del banco sino de una máquina que es la que valora a partir de tus datos tu nivel de riesgo. Si el banco se pone de acuerdo con tu corporación médica o utiliza la información que los sensores de tu pulsera cuantificadora le pueden dar o de tu asistente personal para conocer tu estilo de vida, estaríamos hablando de una intromisión y un uso de datos fraudulento por una Inteligencia Artificial.

Todo esto no se corrige con una ley y unas sanciones, sino con una educación adecuada que ayude a entender la tecnología y lo beneficiosa que puede ser. La posible prohibición del uso de reconocimiento facial, porque en algunos casos puede ser un peligro para nuestras privacidad, no es la solución a nada. Esperemos conocer más sobre esta legislación y que en ningún caso sirva para retrasar o mejorar los avances tecnológicos actuales.

@juandelaherran