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Paula Ostiz se hace de oro en el Europeo

Después del título en crono, la navarra, sublime, se proclama campeona de Europa júnior en ruta al derrotar en el mano a mano a la suiza Grossmann

Paula Ostiz se hace de oro en el EuropeoRfec / Sprint Cycling

Días atrás en Kigali, Paula Ostiz se pintó de todos los colores. El arcoíris sobre ella. Luminosa, la navarra estrenó la prenda mundial en el Europeo de ruta, que concede a la campeona un puñado de estrellas. Todas de oro. El color de la navarra, que está hecha del material del que se construyen los sueños. Los cumple sin distracciones.

Paula Ostiz, extraordinaria, se proclamó campeona de Europa en ruta después de hacerlo días atrás en la crono. No hay quien pare al chupinazo navarro, imperial una vez más. Otra diana en su palmarés. La gritó con rabia y entusiasmo. Eufórica.

Paula Ostiz, emocionada en el podio, con el maillot de campeona de Europa.

Excelsa francotiradora, la iruindarra batió en el vis a vis a la suiza Anja Grossmann, que mantuvo el pulso hasta el final, pero tuvo que claudicar ante el empuje de Paula Ostiz, una estampida salvaje. Ingobernable, arrolladora. La italiana Chantal Pegolo cerró el podio, a tres segundos de Paula Ostiz, que vive de festejo en festejo. El himno a la alegría es suyo.

"Llevo todo el año trabajando y al final se ha visto reflejado en los resultados de estas semanas. Solo puedo dar las gracias a mis compañeras, sin ellas esto no sería posible. Estoy súper feliz, solo queda disfrutarlo con mi familia y la gente que me rodea. Sabía que al sprint podía ser muy fuerte, tenía unas piernas increíbles y he conseguido esta victoria que tanto deseaba”, dijo la campeona.

En Francia hubo más luz para una luminaria, la supernova júnior que en apenas una semana ha logrado el Mundial de ruta, la plata en la crono, el Europeo de ruta y el de crono. Tremenda la capacidad competitiva y rematadora de Paula Ostiz.

Revalidó la corona de crono el miércoles, la iruindarra, que partía en otro viaje sideral en busca del firmamento sobre el cielo de Francia. Alcanzó la Luna.

De nuevo su huella en la gloria, en la eternidad, en los libros de historia que redacta con letras de oro. Paula Ostiz es la chica de oro del ciclismo júnior. El presente es suyo y el futuro anuncia su Epifanía.

Objetivo cumplido

Advirtió antes de acudir a la cita europea en este diario que su objetivo era conquistar los dos títulos en juego. Ese era su plan maestro. Lo completó punto por punto en otra demostración de sus cualidades.

Gestionó la carrera con pausa y calma para descerrajar la caja de caudales en el momento exacto. Otro tesoro para la navarra sin límites.

Desde Guilherand-Granges a Guilherand-Granges, en 63 kilómetros y siete ascensiones repartidas entre el repecho de Montee de Costebelle (100 metros al 11,7 % de pendiente media) y el muro de Val d’ Enfer (1,5 kilómetros al 10,5% de desnivel) para dar relieve a la carrera júnior que determinaba a la mejor de Europa.

Paula Ostiz, campeona mundial, se enfundó el maillot más preciado para encarar la prueba con la noticia reciente de la explosión de júbilo de Paula Blasi aún reverberando. Campeona de Europa sub’23 tras el bronce de Kigali.

La gesta de Blasi marcaba el camino de Paula Ostiz, la mujer que cumple lo sueños. Que sueña despierta. La fascinante realidad de los sueños.

La navarra se lanzó a la conquista de su segundo oro con la determinación con la que el capitán Ahab perseguía, infatigable, obstinado, colérico, a Moby Dick. Siempre hay una ballena blanca que perseguir para las grandes campeonas, que por eso lo son.

Insaciable

Hambrienta, magnífica competidora, insaciable, Paula Ostiz fijó el Europeo de ruta como otro empeño personal. Una misión que cumplir. Un regalo que hacerse. En el meridiano de la carrera, sacudidas varias ascensiones, apenas una veintena de ciclistas respiraba en el frente.

Paula Ostiz festeja la victoria.

La navarra contaba con todo el equipo alrededor. Un cuarto del pelotón eran aliadas. Defensoras de su causa. Mosqueteras. Una para todas y todas para una. Irati Aranguren acompañaba a la gran jerarca de la categoría.

El grupo se mantuvo intacto, sin oscilaciones a medida que el Europeo se iba consumiendo como un cigarrillo de emoción y se peleaba en la última cota. Paula Ostiz y Anja Grossmann se destacaron. Tenían vistas a la meta. Desde allí, olían las flores de meta.

Se las quedó Paula Ostiz, campeona de Europa vistiendo el maillot de campeona mundial. Una hipérbole. La constatación de su dominio sin igual. Campeona desde Kigali a Francia. De África a Europa. El mundo es suyo. Emperatriz Ostiz.