La UCI (Unión Ciclista Internacional) tan exigente, exquisita y celosa con numerosas cuestiones y nimiedades que tienen que ver con el reglamento, con las interpretaciones de las normas, las medidas de las bicis, la altura de los calcetines, las posiciones en los descenso y las multas por cuestiones menores, está en el punto de mira de las autoridades policiales de Suiza por la presunta negligencia respecto al accidente que costó la vida de Muriel Furrer mientras competía en el Mundial júnior femenino organizado por la UCI.

La corredora suiza, de 18 años, sufrió una gravísima caída y se golpeó la cabeza. Acabó en un bosque tras el brutal impacto. Algunos medios sostienen que no recibió asistencia médica hasta pasada al menos una hora del accidente.

Furrer falleció 20 horas después por causa del severo traumatismo craneoencefálico que sufrió. La ciclista ingresó en el Hospital Universitario de Zúrich en estado crítico tras ser traslada en helicóptero desde el lugar del accidente. Furrer no pudo superar las graves heridas y falleció horas después del tremendo impacto. 

Luto en el Mundial

Encontraron a la suiza en una zona boscosa del circuito, cerca de la localidad de Küsnacht, tras permanecer oculta entre la maleza, bajo la lluvia, mientras la carrera continuaba. La negligencia parece evidente. Eso es lo que investigan las autoridades helvéticas sobre una muerte que estremeció al país y vistió de luto los Mundiales.

Las circunstancia del fallecimiento de Furrer han provocado una catarata de críticas a la UCI, empeñada en eliminar los intercomunicadores en más carreras porque según su criterio aumenta el espectáculo. Los equipos y los ciclistas defienden que tener contacto y poder comunicarse es un elemento clave de seguridad.

Según los datos que aportan varios medios suizos, a las 11.14 horas “un grupo de cinco corredores en cabeza cruza la línea de meta por primera vez. Furrer es una de los dos ciclistas que no consigue marcar el tiempo intermedio”. Más de una hora después, a las 12.29 horas, “Harshita Jakhar es la última corredora en llegar a la meta. Nueve ciclistas no llegan a la meta, incluida Furrer”.

Durante todo ese tiempo no hubo noticia alguna sobre el paradero de Furrer. “La ciclista cayó cerca de Küsnacht, durante el descenso de la aldea de Schmalzgrueb en una suave curva hacia la izquierda", expusieron las autoridades suizas. 

"Furrer fue encontrada inconsciente fuera de la carretera en un bosque por un miembro de seguridad de la carrera. Los servicios de emergencia acudieron poco después al lugar del accidente. La hora exacta del accidente aún no se ha podido aclarar"

Policía del Cantón de Zúrich

Dudas por resolver

Ese agujero negro de seguridad es el que pone en entredicho la actuación de organismo rector del ciclismo, incapaz de saber dónde estaba una ciclista que perecía en la carrera más importante, el Mundial.

“No entiendo que en unos Mundiales o unos Juegos no llevemos comunicación por pinganillo”, criticó Juan Ayuso sobre el actual soporte de ayuda en estos casos, el cual podría haber salvado a Furrer.

“A lo mejor la chica podía estar consciente y decir dos palabras”. ”Por poco que puede ser puede cambiar la vida de la persona. Que tampoco lleves rastreador GPS, para ver si vas a 0 (km/h)… Igual no al minuto, pero si ves que una persona lleva cinco minutos igual, a lo mejor ha pasado algo”, comentó Juan Ayuso en la SER cuando conoció la noticia.

Las caídas son inherentes al ciclismo, un deporte de riesgo, más si cabe en las condiciones de lluvia extrema en las que compitieron las júnior. El asfalto estaba completamente mojado y muy resbaladizo. El peligro era latente. En un descenso Furrer perdió el control de la bicicleta y cayó en una zona boscosa, donde impactó con la cabeza en un árbol.

Descontrol de la UCI

Lo que se investiga es lo que sucedió a partir de ese momento, cuando desde la organización perdieron el rastro de la corredora en una situación de vida o muerte.

¿Cómo es posible no poder controlar el circuito para saber dónde están las ciclistas? Sin geolocalizadores y cortadas las comunicaciones porque en los Mundiales se corre sin pinganillo, la UCI no supo proteger la integridad física de Muriel. 

La pérdida del rastro de la joven es lo que se discute y también la tardanza de su traslado al hospital. La Policía del Cantón de Zúrich informó que la ciclista “fue encontrada inconsciente fuera de la carretera en un bosque por un miembro de seguridad de la carrera. Los servicios de emergencia acudieron poco después al lugar del accidente. La hora exacta del accidente aún no se ha podido aclarar”. Ese es otro punto de fricción.

El medio suizo Blick sitúa la hora del accidente alrededor de las 11.00 horas. En el comunicado remitido por la policía se establece que no hubo testigos de la caída.

“Furrer cayó cerca de Küsnacht, en una ligera curva a la izquierda en el descenso a la aldea de Schmalzgrueb. Nadie vio la caída y no hay imágenes de televisión ni grabaciones de ello”, dicen desde la policía. Las investigaciones tratan de dar luz a la tragedia de Muriel Furrer.