Landa, Okamika, Berrade, Azurmendi, Azparren, Iturria, Bizkarra y Martín. Solo ocho apellidos vascos se citarán en la Vuelta que amanece el viernes en Utrecht. Una mala señal para el ciclismo vasco, que tampoco ofreció su mejor versión en el Tour, donde únicamente participaron cuatro ciclistas de Euskal Herria. La participación de este curso es el segundo peor registro de 2012 a esta parte.

Solo en 2017, con el Euskaltel-Euskadi lejos de lo que fue, tratando de sobrevivir, y con el Euskadi-Murias intentando mantener encendida la llama del ciclismo pero sin acceso a la Vuelta, la representación de los ciclistas de Euskal Herria fue aún más deficitaria. Ese año, únicamente se alistaron media docena de dorsales a la prueba española. Fue el punto más bajo y que evidenció la crisis que horadaba al ciclismo vasco, sin el sostén de un equipo capaz de adentrarse en la carrera. 

DISTINTOS FACTORES

En esta ocasión, con el Euskaltel-Euskadi en la cita, los factores para el debilitamiento del número son numerosos y de distinta índole. Las causas son múltiples. El Movistar, apurado por las apreturas de la pelea para evitar el descenso del WorldTour, ha enviado a corredores como Alex Aranburu, Gorka Izagirre e Imanol Erviti a las trincheras de Tour del Limousin para tratar de sumar puntos que les salven de la guillotina.

Sin esa acuciante situación presionando el gaznate, probablemente, los tres tendrían cabida en el equipo de la Vuelta, pero manda la realidad. Lo urgente es lo importante. Incluso lo vital. La salvación del Movistar se disputa en carreras secundarias, convertidas ahora en prioritarias. Se trata de rebañar cualquier miga. Todo suma cuando manda la desesperación.

FALTA DEL CAJA RURAL

Otro condicionante a tener en cuenta para entender la exigua participación vasca es la ausencia del Caja Rural, que se quedó fuera del reparto de invitaciones, que fueron a parar al Euskaltel-Euskadi, el Burgos BH y el debutante Kern Pharma.

El equipo arraigado en Nafarroa era una formación que en la última década aportaba un buen número de corredores vascos a la Vuelta. La carrera española siempre fue la prueba referencia para el Caja Rural. Esa vía por la que empujaba el ciclismo vasco se ha secado, al menos, hasta próximas ediciones.

El pasado curso, cuando coincidieron el Euskaltel-Euskadi y el Caja Rural en la Vuelta, del total de 18 ciclistas vascos, aportaron nueve dorsales, justo la mitad. El Caja Rural alineó a cinco ciclistas y el Euskaltel-Euskadi, a cuatro. En la Vuelta de la presente edición, Euskaltel contribuye con cinco corredores. Burgos BH y Kern Pharma incorporan uno cada uno.

SOLO LANDA DEL WORLDTOUR

Sin embargo, no conviene caer en la autocomplaciencia para no perder la perspectiva. Otro de los motivos y no menores, precisamente, es la escasez de ciclistas con presencia en las formaciones del WorldTour, una docena, y en su defecto, su huella en las mismas. De hecho, de los ocho participantes de Euskal Herria en la Vuelta, solo Mikel Landa acude a la carrera desde un equipo de la máxima categoría del ciclismo.

Otros corredores, como Pello Bilbao, han priorizado otro tipo de calendario y Omar Fraile, con sillín en el Ineos, está corriendo en el Tour de Dinamarca. El de Santurtzi no ha estado en ninguna de las grandes en su campaña de estreno en la formación británica. Ion Izagirre, que fue el último ciclista vasco en vencer una etapa de la Vuelta en 2020, tampoco disputa la carrera. Tampoco ha de desdeñarse que la mayoría de ciclistas con presencia en el WorldTour están instalados en la treintena. Los herederos del antiguo Euskaltel.

LOS AÑOS EXUBERANTES

Lejos quedan las cifras del comienzo de la pasada década, donde cerca de una veintena de ciclistas de Euskal Herria estaban en la Vuelta. Entonces, el Euskaltel-Euskadi, instalado en la aristocracia del ciclismo, proporcionaba prácticamente la mitad de los dorsales. Eran los cursos de la opulencia y la exuberancia. La cifra de vascos en la carrera menguó con la desaparición del equipo naranja en 2013 del escaparate más rutilante y la dispersión de sus corredores en otros equipos.

Entre el 2014 y le 2017 la merma fue significativa. La presencia de ciclistas de Euskal Herria disminuyó sensiblemente. La tendencia era negativa. Hubo once en 2014, nueve corredores tanto en 2015 y 2016 y apenas seis en 2017. La aparición del Euskadi-Murias en el tablero concedió vuelo y recuperó las cifras. Un respiro. En 2018 fueron 16 vascos los que estuvieron en la Vuelta. Un año después sumaron 13 dorsales.

En la temporada de la pandemia, en 2020, la cuota disminuyó hasta la decena. Se recuperó en 2021 con el regreso de Euskaltel-Euskadi y la contribución del Caja-Rural como principales aportaciones. Ese repunte se ha cortado de forma abrupta en la presente Vuelta, donde solo resuena el eco de ocho apellidos vascos.

Vascos en la Vuelta

2022 8 ciclistas

2021 18 ciclistas

2020 10 ciclistas

2019 13 ciclistas

2018 16 ciclistas

2017 6 ciclistas 

2016 9 ciclistas

2015 9 ciclistas

2014 11 ciclistas

2013 19 ciclistas

2012 19 ciclistas