En O Gran Camiño, por carreteras secundarias de Galicia, se cruzaron Alejandro Valverde, el eterno, vencedor de la jornada por delante de Michael Woods, el líder que lo sigue siendo, e Igor Arrieta, el chico de 19 años que asombra en el Kern Pharma.

Fue cuarto en meta el navarro, hijo de José Luis, durante una década dirigiendo a Valverde en el Movistar hasta que ese vínculo se rompió de mala manera. Quiso el tesón de Arrieta, novicio, no entregarse y pedalear con orgullo en el grupo que compartió con Ion Izagirre, que trataban de enlazar con el trío de Valverde, Woods y Sosa, destacados en el Alto de Moura. Los tres se jugarán la carrera este domingo.

ARRIETA PELEA

No le alcanzó a Arrieta, repleto de personalidad, para pelear por el triunfo, pero fue el mejor de los perseguidores. Es quinto en la general de la cita gallega. El laurel se lo llevó Valverde, el hombre que en lugar de cumplir años celebra victorias y apaga velas que le recuerdan lo grato que es vencer. Su victoria, la 132 de su palmarés, supuso la 1.000 de la estructura navarra, el hilo conductor cuatro décadas. Valverde firmó otra efeméride el día de su santo: San Alejandro.