Donostia - Adam Yates fue el ganador de Clásica de San Sebastián celebrada ayer. Un vencedor sorprendente, sorprendido, casi invisible y en cierta manera, incluso injusto. Fue un día extraño, en el que pasó de todo y casi nada bueno, con lo que la imagen internacional de la Clásica quedó seriamente dañada. Nadie quedó contento salvo, evidentemente, Yates, que ni siquiera levantó los brazos cuando cruzó en solitario la meta situada en el Boulevard. El británico -primer ciclista de ese país que gana en Donostia- ni se lo creía. Se señaló el pecho como diciendo: “¿Yo?”. Y cuando un miembro de su equipo se lo comunicó, por fin alzó los brazos. Pero no llegaba a dar rienda suelta a su alegría porque no acababa de estar convencido de su triunfo.

La razón es simple. En Bordako Tontorra, el muro de Igeldo que ya el año pasado, en su estreno, ejerció como juez de la prueba, Greg Van Avermaet, el reputado clasicómano belga, iba en cabeza hasta que una moto lo tiró al suelo. Yates ni se dio cuenta de que lo había superado y pensaba que encaraba el descenso de Igeldo en la segunda posición de la prueba. Claro que eso solo lo sabían los espectadores que lo vieron in situ, porque los aficionados que quisieron verlo por la tele se quedaron con las ganas. Poco después de coronar Jaizkibel, ETB perdió la señal de la carrera y cuando la recuperó Yates acababa de coronar Bordako Tontorra. Problemas técnicos impidieron a la cadena vasca emitir la parte más importante de la Clásica, dejando sin imagen no solo a los aficionados vascos al ciclismo, sino a los de todo el mundo. Todo surrealista, por no decir algo peor. La organización queda en pésimo lugar cuando la prueba no puede seguirse por televisión y el líder de la prueba es arrollado por una moto.

Fue el propio Van Avermaet quien reveló lo que había sucedido después en su cuenta de Twitter: “Iba a ganar la Clásica de San Sebastián hasta que una moto me tiró al suelo. Bravo organización, bravo moto”, expresó, lógicamente indignado. Con Van Avermaet fuera de combate, la invisible subida a Bordako Tontorra dejó a Adam Yates en cabeza y detrás un reducido grupo de perseguidores entre los que figuraban ilustres como Bauke Mollema, Roman Kreuziger, Joaquim Rodríguez, Dan Martin y el defensor de la txapela, Alejandro Valverde. Las cimas que antes decidían la Clásica -Arkale y sobre todo Jaizkibel- y agolpaban a un enorme número de aficionados han quedado ahora muy descafeinadas y la sensación -en estas dos ediciones con Bordako Tontorra a siete kilómetros de la meta- es que los más de 200 kilómetros anteriores no valen de mucho. Aunque en esta ocasión sirvió para dejar ver a corredores que habían brillado en el Tour como el francés Warren Barguil o a otros como Mikel Landa, que demostró un buen estado de forma de cara a la Vuelta.

la curva de rekondo El caso es que, cuando la imagen televisiva regresó, Yates estaba en cabeza con apenas diez segundos sobre sus ilustres perseguidores, tras haber atacado en el inicio de la subida y haber abierto hueco -siempre detrás de Van Avermaet hasta el percance de este-. Una renta exigua, pero los cazadores no se pusieron de acuerdo y el británico aumentó su renta hasta los quince segundos. En plena bajada de Igeldo, tenía la victoria a su alcance. Pero antes debía superar un último obstáculo, el del recuerdo de la última edición de la Clásica. El pasado año, Adam Yates marchaba persiguiendo a Alejandro Valverde -ligeramente destacado el murciano- cuando se cayó en la curva de Rekondo. Ayer era él quien marchaba primero y Valverde, entre otros, quien perseguía. El ciclista del Orica trazó la curva con cuidado, tomó las dos últimas de la bajada de Igeldo y enfiló el llano hacia su victoria más importante: el paseo de La Concha, la Avenida y finalmente el Boulevard.

Todo eso mientras por detrás no se ponían de acuerdo y Yates hablaba continuamente por el pinganillo con su equipo. Pero la comunicación falló -según reconoció luego el director, Neil Stephens- y el británico, en plena recta de meta, no sabía aún si había ganado o no, así que entró en meta con gesto incrédulo en lugar de con la expresión de júbilo que merecía el triunfo más grande de su carrera.

Esa es la imagen que queda de su triunfo. La Clásica ayer no estuvo a la altura. No es de recibo que no haya imagen y que, además, un ciclista sea arrollado por una moto de la organización en pleno esfuerzo, cuando se dispone a ganar. La edición con más percances acabó con otra anécdota: Yates no pudo descorchar la botella de champán. En fin, un triunfo sorprendente, invisible e incluso injusto en la Clásica que peor imagen dejó.

1. Adam Yates (Orica GreenEdge)5h30:22

2. Philippe Gilbert (BMC)a 15”

3. Alejandro Valverde (Movistar)m.t.

4. Dani Moreno (Katusha)m.t.

5. Joaquim Rodríguez (Katusha)m.t.

6. Bauke Mollema (Trek)m.t.

7. Daniel Martin (Cannondale-Garmin)m.t.

8. Julian Alaphilippe (Etixx-Quick Step)m.t.

9. Warren Barguil (Giant-Alpecin)m.t.

10. Rigoberto Urán (Etixx-Quick Step)m.t.

11. Jakob Fuglsang (Astana)m.t.

12. Nelson Oliveira (Lampre-Merida)m.t.

13. Roman Kreuziger (Tinkoff-Saxo)m.t.

14. Simon Yates (Orica GreenEdge)m.t.

15. Michele Scarponi (Astana)m.t.

16. Nicolas Roche (Sky)m.t.

17. Alexis Vuillermoz (AG2R)a 20”

18. Samuel Sánchez (BMC)a 24”

19. Tiesj Benoot (Lotto Soudal)m.t.

20. Thibaut Pinot (FDJ.fr)m.t.

21. Luis León Sánchez Gil (Astana)m.t.

22. Jan Bakelants (AG2R)a 28”

23. Anthony Roux (FDJ.fr)a 37”

53. Amets Txurruka (Caja Rural)a 3:03

57. Markel Irizar (Trek )a 3:53

65. Mikel Landa (Astana)a 4:03

93. Pello Bilbao (Caja Rural)a 12:08

96. Miguel Ángel López (Astana)a 15:06