Donostia - Llegaba Alejandro Valverde a Donostia con los ánimos un tanto bajos tras quedarse fuera del podio del Tour de Francia. Su cuarto puesto final lo hubieran firmado muchos ciclistas, pero no él, cuyo empeño era estar en la foto de los Campos Elíseos, algo que no había logrado a lo largo de su brillante trayectoria profesional. Pero apenas una semana después de aquella decepción, ayer mismo volvió a levantar los brazos y lo hizo a lo grande, con un brillante triunfo en el Boulevard, donde llegó en solitario tras poner el turbo en los últimos kilómetros de la Clásica vibrante de los últimos años.

La novedad de la ascensión a Bordako Tontorra, un muro con tramos del 20% que se coronaba a siete kilómetros de meta, se reveló como un acierto absoluto y otorgó espectacularidad a una prueba en la que la ascensión a Jaizkibel había dejado de ser decisiva. La inédita y selectiva subida a Igeldo dejó claro quiénes iban fuertes y quiénes no iban a poder aspirar al triunfo ayer. Fue ahí donde Valverde cimentó su victoria, pero en las estrechas rampas de Bordako Tontorra se dejaron ver ciclistas de la talla de Romain Bardet, Aleksander Kolobnev, Mikel Nieve, Purito Rodríguez o Bauke Mollema. Mucho nivel. Y es que cuando la cuesta se empina tanto solo pueden aguantar los mejores.

Lo malo de situar una subida así en los últimos diez kilómetros de una carrera de 219 es que lo anterior careció prácticamente de emoción. Trató de dar la sorpresa desde lejos Amets Txurruka, el primer gran protagonista del día, que saltó del pelotón en el kilómetro 27 y fue cazado a 60 de meta, en la segunda subida a Jaizkibel, gracias al trabajo de Movistar, que ya preparaba el terreno para su líder, Valverde. Para entonces ya se habían bajado de la bicicleta Peter Sagan y Philippe Gilbert, dos de los teóricos aspirantes al triunfo pero que ayer no tuvieron ni las fuerzas ni las ganas para lograrlo.

La ascensión a Jaizkibel provocó movimientos en el pelotón y siete corredores, entre ellos el vizcaino David López, coronaron en cabeza y llegaron a tener 48 segundos de renta sobre el pelotón, pero fueron absorbidos en plena subida a Arkale, a poco más de 30 kilómetros para la conclusión. Saltó entonces Andriy Grivko, que demostró fortaleza para rodar en solitario hasta pasado el Alto de Miracruz. Pero no era el día para las escapadas. Movistar, Katusha e incluso Trek y Ag2r tenían claro que debían trabajar para dejar a sus líderes en buena posición de cara a la subida a Bordako Tontorra.

Ahí llegó el pelotón agrupado y el primero en tensar el grupo fue Bardet, el joven ciclista francés que peleó por el podio hasta la última semana. Atacó a continuación Kolobnev, segundo en Donostia en 2008, que abrió hueco en la zona más fácil de la subida. El ciclista de Astana se desinfló en la primera rampa del 20%, donde atacó uno de los hombres fuertes de la carrera, el navarro Mikel Nieve, que cogió a Kolobnev y ocupó durante un breve lapso de tiempo la cabeza de la carrera.

valverde y purito mandan arriba Pero Nieve, jaleado por una afición que llenó los márgenes del último kilómetro de subida, fue engullido por Alejandro Valverde y Joaquim Rodríguez, que llegaron desde atrás como dos balas, confirmando que una ascensión con rampas tan duras les venía como anillo al dedo. Nieve se aferró a la rueda de la ilustre pareja, que sin embargo logró coronar Bordako Tontorra con cuatro segundos sobre el navarro y Bauke Mollema, que llegó con fuerza desde atrás. A unos pocos metros estaba Adam Yates (Orica). Todos ellos se juntaron en el inicio de la bajada y a seis kilómetros del final, en pleno descenso de Igeldo hacia El Antiguo, cinco corredores iban a jugarse la victoria de la novedosa Clásica.

Poco le duraron las opciones a uno de ellos, Yates, que se fue al suelo en la curva del Recondo. Y es que la bajada se reveló tan importante o más como la subida, porque fue en el descenso cuando Valverde pegó el hachazo definitivo a la Clásica. Se la jugó más que sus compañeros de fuga y cogió unos metros muy valiosos. Los tres últimos kilómetros de llano se convirtieron en una pelea entre Valverde y el trío perseguidor formado por Nieve, Purito y Mollema.

El vencedor en ese duelo fue el de Movistar, que fue aumentando su ventaja frente a los ciclistas que lo seguían en una imponente demostración de fuerza. Valverde fue capaz de dar la vuelta a la decepción vivida en el Tour para demostrar toda su clase y coronarse por segunda vez en el Boulevard, como ya hiciera en 2008. El murciano es un ciclista como pocos y solo así, ganando -lleva diez triunfos este año y lidera el ranking UCI Pro Tour por delante de Vincenzo Nibali, Alberto Contador y Nairo Quintana-, puede responder a los que le critican por no haber pisado nunca el podio de París.

Por detrás, Mollema se impuso a Purito y Nieve en el sprint por el segundo puesto. El leitzarra fue el primer vasco en el Boulevard. El siguiente fue Haimar Zubeldia, séptimo tras entrar en meta con el vencedor del pasado año, Tony Gallopin, y Jelle Vanender. El de Usurbil ya había avisado en la entrevista a este periódico que venía a por la victoria y que el cambio de recorrido le favorecía, pero las rampas de Igeldo fueron demasiado exigentes para corredores de sus características e ideales para hombres como Valverde o Purito. La primera Clásica de Bordako Tontorra tuvo un ganador a la altura de la categoría y la novedad en el recorrido augura muchas emociones y un futuro brillante a una cita clásica del calendario vasco e internacional.