bilbao. ¿Cuándo comienza a valorar la posibilidad de retirarse?
Después del Tour. Una vez que se ve que Euskaltel-Euskadi no va a seguir en el pelotón, estuve barajando varias posibilidades. Mi prioridad era seguir en el pelotón UCI World Tour, pero ninguna de las dos ofertas que tuve cumplía con este requisito. Deportivamente no me atraían demasiado por el hecho de tener que correr un calendario de otra categoría inferior del que he corrido hasta ahora.
¿Le da rabia retirarse sintiendo que el cuerpo todavía aguantaba?
Rabia no. Me da un poco de nostalgia. Llevo 22 años en carrera, corriendo todos los fines de semana. Los últimos doce años, además, como profesional. Y es una decisión muy difícil, porque es acabar un ciclo y empezar otro nuevo con la incertidumbre de qué vas a hacer. Como yo suelo decir, no sabemos hacer otra cosa más que dar pedales. Es lo que he hecho toda la vida y en ese sentido siento nostalgia. Es una decisión difícil, pero la he meditado muy bien y la he hecho pública cuando ya he estado convencido de ello y sin marcha atrás. He de reconocer que me gustaría seguir ligado al ciclismo de alguna manera u otra. Me gustaría seguir aportando al ciclismo.
¿Se le está haciendo dura la cuenta atrás estos días?
No. La verdad es que estoy disfrutando esta última fase. Fui al Tour siendo consciente de que podía ser mi último Tour de Francia y la verdad es que lo disfruté. Este fin de semana voy a correr en Lombardía y la semana que viene el Tour de Pekín siendo consciente de que van a ser mis últimas carreras. Soy consciente de que lo de Pekín va a ser raro, porque es mi última carrera y también la última de Euskaltel-Euskadi. Si cabe, lo hace más emotivo. Voy a disfrutarlo y a llevarme un buen recuerdo de estos doce años.
¿Cómo ha vivido el último año de Euskaltel-Euskadi?
Desde dentro ha sido muy duro. Siempre he dicho que, al margen de que Mikel Astarloza u otro corredor acaben su carrera deportiva, algo que es triste al ser un final, es más grave el fin de Euskaltel-Euskadi. Estamos acabando con 20 años de historia donde el ciclismo ha tenido mucho peso en Euskadi y ha sido un equipo referente a nivel mundial, donde se han mostrado nuestros valores, nuestro compromiso por sacar gente de la cantera. Que ese proyecto desaparezca, a mí personalmente me da muchísima pena.
¿Qué cree que ha pasado para que el equipo desaparezca?
Yo no voy a echar la culpa a Euskaltel porque ha apostado por el ciclismo durante muchos años. Hay que agradecerles que hayan apostado fuerte por el ciclismo. Ha hecho que nuestra cantera haya tenido una repercusión muy importante siendo protagonista en el Tour de Francia durante muchos años. Pero a mí me da mucha pena un final así. El año pasado nos aseguraron cuatro años de continuidad, firmando contratos a diferentes corredores y ahora, de un día para otro, que se rompa ese contrato y el equipo desaparezca, ha sido un palo. Da tristeza. Creo que podían haberlo hecho con más elegancia o delicadeza. Pero así ha venido y así hay que asumirlo.
¿Qué es lo mejor que le ha dado el ciclismo?
Al margen de lo deportivo, toda la gente que he conocido, los lugares, las diferentes culturas? El ciclismo me ha formado como persona, no solo como deportista. He aprendido muchísimo y me voy con la mochila llenísima de muchos recuerdos. Desde luego que también los deportivos pesan mucho. La victoria en el Tour de Francia, los buenos resultados, los nueve Tours que he corrido? Quizá eso sea lo más destacable, pero lo más importante son los recuerdos.
Si se tiene que quedar con un día?
Sin duda el 21 de julio de 2009. Lo recuerdo como si fuese hoy y esa victoria está claro que es la más bonita que he vivido en el ciclismo.
Es la que contará a los nietos.
Sí. De hecho tengo el vídeo guardado y todavía me toca disfrutar de esas imágenes.
El lado negativo de su carrera fue su sanción. ¿Ha sido lo más duro que le ha tocado vivir como ciclista?
Sin duda alguna. Todos los deportistas viven malos momentos y en mi caso el peor momento ha sido la sanción de dos años. Tuve la suerte de poder volver al pelotón durante tres años más al mejor nivel. Estoy contento de haber podido acabar con un buen sabor de boca.
¿Hizo que disfrutase el ciclismo de otra manera en estos últimos años?
Sí. Al fin y al cabo es verdad que un parón de dos años pasa factura. No he vuelto a dar el mismo nivel, pero sí que me he quedado satisfecho de mi participación en el Tour de Francia y en la Vuelta a España.
¿Le queda alguna espina?
Sí. Siempre he reconocido que me hubiese gustado haber hecho todas las carreras más importantes del calendario y por reseñar alguna, me han quedado el Giro de Italia y la París-Rubaix. Me voy con esa pequeña espina porque son parte de la historia del ciclismo y a mí, que soy un poco romántico en ese sentido, me queda esa pena.
¿Por qué está enamorado del Tour?
Por su grandeza en todos los sentidos. Para mí, desde pequeño, siempre ha sido la carrera más importante, la que más he seguido. Con diez o doce años me iba a los Pirineos a ver la carrera. A nivel deportivo también es la carrera que más te da y la repercusión que tiene es increíble. Quizás he hipotecado otras muchas carreras por llegar al Tour en las mejores condiciones. Ha sido siempre mi decisión, el equipo me lo ha respetado y la verdad es que me voy muy satisfecho de haber hecho nueve Tours.
¿Lo verá el año que viene?
Estaré en los Pirineos con mi ikurriña y animando a los corredores vascos que estén ahí. Iba todos los años antes de ser profesional y por supuesto que ahora estaré al borde de la carrera animando.