bilbao. Tarde de emociones en el mundial de ciclismo de Florencia. A falta de lo bueno, que llegará el próximo fin de semana, ayer también hubo mucha tela que cortar. Después de 57,2 kilómetros en la lucha contra el reloj por equipos, el oro se decidió por menos de un tubular. En un suspiro. El conjunto belga del Omega revalidó el título al marcar en la línea de meta 81 centésimas menos que el Orica, cuyos integrantes se quedaron a poco más de una pedalada de subir a lo más alto del cajón.

Los componentes del Omega, con Tony Martin al frente, eran los favoritos para volver al primer peldaño del podio y cumplieron los pronósticos, pero en esta ocasión no lo tuvieron nada fácil y prueba de ello fue la incertidumbre entre Montecatini Terme y Florencia. La sorpresa saltó en el tercer paso intermedio cuando el equipo australiano marcaba un tiempo dos segundos mejor que el Omega. La igualdad se mantuvo hasta el final y por menos de un segundo Martin, Chavanel, Kwiatkowski, Terpstra, Vandewalle y Velits superaron a Impey, Durbridge, Tuft, Lancaster, Mouris y Hepburn, que subieron un escalón, del bronce a la plata.

La medalla de bronce fue para el Sky, liderado por el vencedor el Tour de Francia, Christopher Froome, acompañado una vez más por su escudero Richie Porte, que volvieron aunar fuerzas y marcar el ritmo de relevos para superar al BMC de Fabian Cancellara, que tuvo que conformarse con el cuarto puesto cuando en las quinielas era uno de los candidatos para luchar por el oro.

Si mal le fueron las cosas el BMC, algo peor le fueron a los integrantes del Movistar, a Jonathan Castroviejo, Jesús Herrada, Rui Costa y compañía que marcaron un discreto décimo mejor tiempo. Peor lo hicieron los de Euskaltel-Euskadi con el tridente formado por Gorka Verdugo, Mikel Astarloza y Jorge Azanza al frente del grupo. No hubo entendimiento y el crono les relegó al décimo octavo lugar.

wiggins gana en casa Al margen de los sucedido en Florencia, el británico Bradley Wiggins se adjudicó ayer la Vuelta a Gran Bretaña, tras disputarse la octava y última etapa, de 88 kilómetros, en un circuito de Londres, en la que el también británico Mark Cavendish volvió a ser el más rápido en el sprint. Una jornada de trámite para el campeón olímpico Wiggins, vencedor el pasado año del Tour, que dejó claro que se encuentra en forma para los mundiales, lo mismo que Cavendish.