solares. Kiko García, exciclista y mánager de Oakley al que Fernando Alonso pidió que cogiese las riendas de su nuevo equipo ciclista, le dijo al piloto que se tomaría unos días para pensárselo y que le daría una respuesta que, pasados esos días, ya tiene después de mirarse en el espejo para decirse que no podía dejar pasar ese tren, le llevase donde le llevase. El valenciano ya se ha subido a él para pilotar el proyecto de Alonso que sustituye a lo que quedaba del Euskaltel de toda la vida. Ahí, de pie en la locomotora, echando humo, espera Kiko García la señal para arrancar de cero.

El tren sigue en la estación, en la casilla de inicio donde se situó hace casi dos semanas, cuando la Vuelta llegaba a Hazallanas, en Granada, y tanto Euskaltel como Alonso anunciaron el principio de acuerdo al que habían llegado para la compra-venta del equipo ciclista. De ahí no han pasado. El acuerdo no se ha materializado aún y ambas partes tratan de limar los últimos flecos que les quedan para alcanzarlo, algo que parece inminente, cuestión de horas.

De que se cierre o no hoy depende en gran parte la visita de Kiko García y Alonso a la Vuelta, prevista para la etapa de mañana que finaliza en el Angliru. Estarán en la jornada más asturiana si tienen algo nuevo que contar, el acuerdo y lo que ello conlleva. Si no hay avances, no. Pero, mucho más importante aún que la presencia de ambos en la Vuelta, es que de ese acuerdo depende la dirección definitiva que tome el propio proyecto y el futuro de los miembros que integran el actual Euskaltel porque, de momento, solo es seguro que el futuro se asienta sobre la base de mantener los 14 ciclistas que tienen contrato firmado con Euskaltel para una o, en el caso de Samuel y Nieve, dos temporadas más. Del resto, directores, auxiliares, mecánicos o, incluso, corredores que acaban contrato, no se sabe nada. Ni si cuentan con ellos ni si no. Nadie les ha llamado aún para decírselo porque su futuro depende, en gran medida, de la manera en que se cierre el acuerdo entre el grupo de Alonso y Euskaltel y tampoco saben a quién preguntar por su futuro. De momento, no hay nadie a quién llamar.

La prisa les corre a todos. Sin acuerdo, el proyecto no puede avanzar en ningún sentido, aunque las gestiones para presentar los papeles ante la UCI para ser equipo World Tour ya están en marcha y hay ofrecimientos, multitud, y contactos para sumarse al proyecto. Hasta que se cierre la compra del equipo en las condiciones que sean, ni siquiera se puede dar una respuesta a los corredores con contrato vigente que habían llegado a acuerdos con otros equipos tras el anuncio de la desaparición de Euskaltel. Antón, uno de los que estaba en esa situación, es de los que desea quedarse, pero hay otros a los que les seduce más la oferta de fuera y quieren saber si pueden tener la carta de libertad para desligarse del nuevo proyecto.