Estación de esquí de Formigal. "Esperaba estar mejor", dijo Nibali cuando pisó el suelo de la estación de esquí y se le cayó el cuerpo sobre el manillar. Le venció el peso del maillot rojo que retuvo por menos de medio minuto. Eso dijo. Que ese cacho de tela pesa más que ninguna otra.

"Todos los días estás en el podio, las entrevistas? Se pierde mucho tiempo, los días se hacen muy largos y luego también están los traslados", trató de explicar el italiano el esfuerzo añadido que debe realizar el líder de una grande al acabar la etapa y del que ya habían hablado antes otros, Contador, Wiggins o Froome, los más recientes en el Tour. "Los últimos tres días han sido muy duros", prosiguió el italiano; "el equipo siempre ha estado controlando, hemos gastado energía, y no hemos tenido un día de respiro".

Lo tienen hoy, día de descanso en Zaragoza antes de afrontar la semana decisiva con Peñacabarga -jueves-, el Naranco -viernes- y el Angliru -sábado-. "Esos finales, con más pendiente, me van mejor", señaló Nibali. Y le van mejor también a Horner, que el domingo en la cima de Peyragudes, rodeado de niebla y frío, dijo que esperaba que volviesen los días cálidos de España para poder disparar la bala que le queda en las piernas, una que dice que sacará uno de estos días. No era ayer. La ventaja sobre Nibali, 22 segundos que le acercan a la victoria en la Vuelta, la agradeció Horner con sorpresa porque no se esperaba que el líder, fuerte y seguro hasta ahora en la montaña, flojeara en Formigal. El americano tiene en mente finales como el de Peñacabarga o el Angliru, más duros, para atacarle.

Piensa lo mismo Purito. "Cuando un hombre pierde un poquito, hace la diferencia. Estoy un poco más cerca ahora. Tal vez en una de las grandes etapas si Nibali pierde algo más de nuevo, yo pueda intentar ganar la Vuelta". Y algo parecido Valverde, que mira las tres etapas de montaña que quedan, lo que le ha pasado al líder en Formigal, y asegura que "no hay que tirar la toalla".

Euskaltel, líder por equipos

No la tira Euskaltel, que sale de los Pirineos sin un triunfo de etapa que desea pero líder por equipos tras desbancar ayer al Astana. De todas maneras, el conjunto vasco corrió a contrapié después de descuidarse y meter solo en la escapada a Egoi Martínez frente a tres corredores del Movistar, rival en la lucha por esa clasificación que estaba representado por Intxausti, Herrada y Smyzd. Por eso, para subsanar el error, tuvo que tirar y desgastar a sus peones en los últimos kilómetros de la subida a Formigal, donde se colocó líder por equipos con 1:07 sobre el Astana, aunque ahora, tras el descuido, le acecha el Movistar, a solo 1:26.