el fin de semana que viene se decide la Vuelta en las etapas de Asturias, sobre todo en la última subida de la carrera que es al terrible Angliru. Con esta excusa voy a proponeros hoy un recorrido duro (pero no tanto como la subida al Angliru) por el corazón del Principado, ascendiendo una subida muy conocida como es la de los Lagos de Covadonga, final muchas veces de etapas en la Vuelta a España, y otra muy poco conocida pero de una belleza salvaje y de una dureza considerable. Se trata de la subida a la localidad de Sotres, apenas transitada por carreras y pruebas cicloturistas pero que no deja indiferente a los que han pasado por allí, aunque sea en coche para hacer alguna ruta de montaña o simplemente de turismo.
Vamos a poner como inicio del recorrido el pueblo de Cangas de Onís, cerca de Arriondas. Antes de iniciar la ruta admiraremos el puente romano que salva el Río Sella, y que, por cierto, no es romano, sino que data del s. XIV. Del puente cuelga una reproducción de la Cruz de la Victoria, del s. X. Dentro de la Cruz verdadera, que se encuentra en la Catedral de Oviedo, está la cruz que, cuentan, sostenía el Rey Pelayo en la batalla de Covadonga en el año 722. Si lo dicen pues puede que sea así.
Tomamos la carretera AS-114 para seguirla en dirección Panes. Enseguida dejamos a la derecha el cruce que va hacia Covadonga, que lo tomaremos a la vuelta. Por ahora seguimos la AS-114 para pasar La Robellada (km 19), subir a Ortiguera (km 22) y llegar a Cabrales (km 35). Todo el rato el paisaje es muy verde y muy humanizado con prados y pastos cuando la montaña lo permite.
En Arenas de Cabrales dejamos la carretera por la que venimos y giramos a la derecha hacia Poncebos (km 37), desde donde la carretera se vuelve salvaje, tanto en paisaje como en dificultad. Los montañeros conocen la zona pues de aquí parte la archifamosa ruta del Cares. Hasta la aldea de Tielve (km 42) algunos cortos túneles permiten el paso de la ruta en medio de estas montañas de roca y prados de altura. Las rampas se acercan muchas veces al 15%, y esto indica la dificultad de la subida. Desde Tielve a Sotres, ya con más prados, la pendiente no es tan dura, salvo una rampa muy dura poco antes del pueblo. La llegada a Sotres (km 48) nos permite admirar un pueblo de montaña típico de los Picos de Europa. No es difícil imaginar cómo se vivía en esta zona hasta hace no muchos años. Una vida muy dura. Y hablando de dureza. Si alguien está con piernas al llegar aquí, puede animarse a seguir la ruta hasta el collado de La Caballar, unos tres kilómetros más arriba tras un tramo con pendientes en torno al 20%. Por el otro lado se baja a Tresviso, desde donde sigue una senda al desfiladero de La Hermida.
Tras haber conquistado la dureza y la soledad de esta subida, regresamos por la misma ruta para llegar al cruce a Covadonga (km 92) y, esta vez sí, lo seguimos y nos acercamos enseguida a Covadonga (km 98), donde comienza la famosa subida a los Lagos, a los pies de La Santina, junto al Santuario.
Fue en 1983 cuando la Vuelta programó por primera vez un final de etapa en esta carretera, que entonces estaba mucho más descarnada y era mucho menos transitada. El primer vencedor fue nuestro sin par Marino Lejarreta, que eclipsó a la estrella del momento, el francés Bernard Hinault, ganador final de esa mítica Vuelta.
La subida es dura, pero al compararla con las paredes que se estilan hoy en día en el ciclismo, como el Angliru, pues no parece tanto. Son catorce kilómetros, con algunas bajadas en la parte superior, y con la rampa más dura en las zonas conocidas como La Huesera (15%) y el Mirador de la Reina. Toda la subida es preciosa, pero los días festivos tiene bastante tráfico.
En fin, una ruta que nos servirá para conocer esta maravilla natural que es Asturias y toda la zona de los Picos de Europa. Un paraíso para el ciclismo y para los cicloturistas.