Vaison la Romaine. El día que Mikel Nieve se desata en el Ventoux -ataca lejísimos, antes que Quintana, sube con el colombiano hasta que la cosa se pone seria y después remolca a Contador para acabar tercero tras Froome y Nairo- Igor González de Galdeano proclama que, posiblemente, el navarro sea el tercer mejor escalador del Tour y lo que debería sonar a júbilo tiene un poso de tristeza insondable. La cosa es que, explica, la incertidumbre sobre el futuro de Euskaltel-Euskadi puede forzar a corredores como él, buenísimo escalador que posee dos reinas -la etapa de Cotobello de la Vuelta de 2010 y la de Gardeccia, en los Dolomitas, del Giro de 2011-, a buscarse un futuro que ahora mismo no le puede asegurar su equipo, con el que tiene un año más de contrato que no sabe si podrá cumplir. Puede ocurrir, alerta el mánager general del conjunto vasco, antes incluso de que acabe el Tour, y no solo en el caso de Nieve, mientras nadie dé una respuesta urgente al proyecto, lo que legitima, cómo no, es su pan el que está en juego, a escuchar, y aceptar la que consideren oportuna, las ofertas que les puedan llegar a sus oídos.

Por supuesto, nada de eso tiene que ver con que después de que Nairo Quintana le dejara de rueda y le pasara Froome, Nieve se quedase con Contador, hablase con él y decidiera remolcarle ladera arriba durante varios kilómetros sin que el madrileño pasara al relevo y, pese a ello, Contador acabase reventando al final para dejar marchar al navarro solo hacia la conquista del tercer puesto. "Cuando llegó Contador lo que me dijo fue que había que tirar y la verdad es que a él le interesaba porque tiene la general y a mí porque quería hacer tercero en el Ventoux. Yo quería tirar para adelante, no me importaba lo demás", explicó Nieve, quien, recuperado el ánimo tras la tunda de la contrarreloj y los abanicos que han perdido su nombre en la general (tras la etapa de ayer está decimoséptimo a más de 18 minutos), piensa en las etapas duras de los Alpes -las tres últimas: Alpe d'Huez el próximo jueves; Le Grand Bornand el viernes, y la subida dura a Semnoz el sábado- como una oportunidad magnífica para ganar una etapa, o al menos pelearla, aparecer, venderse, que es lo único por lo que luchar que le queda a Euskaltel en el Tour.

arrastrando a contador Sin ser esa la intención, hay quien interpreta el esfuerzo de Nieve arrastrando a Contador ladera arriba en el Ventoux como la primera conversación para un acuerdo que acabe el próximo año con el navarro al servicio del madrileño en la montaña, una posibilidad nada descabellada, aunque el chico siempre ha sido del agrado de Unzue, otro posible interesado. No solo él, sino los hermanos Izagirre o Antón, que también podrían acabar el Tour fuera de Euskaltel si no llegan urgentemente novedades sobre su futuro.

En ese ambiente envenenado de incertidumbre que abona el descontrol, lamenta Galdeano, afronta Euskaltel la última semana del Tour. Con Nieve, eso sí, estupendo de nuevo en la montaña. "Ha demostrado que está bien, que puede ser posiblemente el tercer mejor escalador del Tour tras Froome y Quintana y que va a ir creciendo. Podemos estar tranquilos con él y afrontar los Alpes con confianza", zanja Galdeano, que asegura que, de momento, no tiene ninguna noticia de Euskaltel, ni una llamada, ni instituciones, ni empresas, ni nada, interesada en rescatar el equipo y su patrimonio, ciclistas buenos de casa como Nieve, tercero ayer en el Ventoux.