"Siempre es bueno para mantener a los enemigos en estado de alerta", dijo con una sonrisa.

Froome conocía la llegada y sabía que el descenso seria peligroso, por lo que decidió ponerse a prueba.

"Después de esa pequeña subida a unos 10 kilómetros de la meta sabía que el descenso era complicado y peligroso. Estaba delante con Richie Porte y pensé que podría ser un buen momento para empujar un poco, salir adelante, probar mi propio ritmo y no meterse en problemas", explicó.

Para Froome el objetivo en las primeras etapas es "mantenerse alejado de los problemas y estar atentos al frente, con el fin de no perder efectivos".